- Los expertos recomiendan, aunque reconocen el retraso de MiFID II en su transposición en España, que las EAFIs apliquen la regulación desde el primer día
- Quitar la “i” de EAFI es una medida desproporcionada, dicen en Finreg 360, pero la idea es marcar las diferencias entre los modelos dependiente e independiente
- Para Aseafi, se dificulta a las EAFIs adoptar un modelo independiente, al no permitir el neteo y penalizar fiscalmente al cliente
- La clave es cómo cambiará el negocio de las EAFIs, o hacia dónde deberá dirigirse, si la gran banca se convierte en foco de competencia y dirige su actividad hacia un asesoramiento no independiente con producto propio
- Fernández Albarracín (EY) recomienda a las entidades diferenciarse en cuanto a su servicio -idealmente dando asesoramiento independiente- y en cuanto a la tecnología
- Sobre la formación, Satrústegui (EFPA) se mostró muy crítico con la amplia lista de certificados y titulaciones que se están aprobando, mientras García Ciriza criticó que un banco pueda formar a sus asesores y certificarlos desde dentro
- Gloria Hernández (Finreg 360): “Quizá haya algún movimiento de consolidación pero si se aprovecha la oportunidad, dando tiempo a que madure la figura de la EAFI, seguirá desarrollándose y arañando cuota de mercado”
Ya sea por los cambios en el modelo de negocio y la fórmula de cobro de incentivos, los nuevos requisitos de formación, la obligación de quitar la letra I del nombre o el devenir futuro de la industria del asesoramiento con la normativa, pocos dudan de que MiFID II tendrá un impacto muy relevante para las EAFIs. Algo de lo que se ha hablado esta tarde en la jornada de Aseafi, celebrada en la Bolsa de Madrid, destinada a aclarar los desafíos y estrategias que afronta la industria en este contexto y la necesaria adaptación de su marco de negocio.
La primera incógnita, a menos de un mes de su entrada en vigor, es si la aplicación de la normativa se retrasará en España y, por tanto, si las EAFIs tendrán que cumplir con los requisitos desde el mismo 3 de enero, o podrán retrasar dicho cumplimiento. La opinión de los expertos, aunque reconocen el retraso, es que será mejor que apliquen la regulación desde el primer día.
En este sentido, Gloria Hernández Aller, de Finreg 360, cree que la transposición de la normativa aún tardará meses, y quizá hasta el próximo verano no esté completada, pero aclara que ya hay una serie de temas que, en todo caso, estarían en vigor el 3 de enero. “Por ejemplo, el de la formación, pues ya hay una guía de la CNMV y se especifica esa fecha como momento en el que los asesores y las redes han de estar formadas”. Sin embargo, aclara, hay otros aspectos donde falta algo de concreción, como en el régimen de incentivos y los supuestos de valor añadido que permitirán su cobro. Sobre temas como éstos, “hay discusión, y la CNMV podría estar barajando plantear algún tipo de aclaración sobre los momentos en que entrarán en vigor las distintas partes de MiFID II, porque no hay aún un acta de trasposición”, recuerda. Hernández explica que, tras el anteproyecto de ley surgido el 4 de agosto -junto al borrador del real decreto-, se cerró a audiencia pública el 18 septiembre y generó muchos comentarios. Hace un par de semanas el texto –no público- salió ya del Tesoro, hacia el Consejo de Estado, pero aún se desconoce si ha incorporado o no las peticiones de la industria. A partir de ahí, ha de pasar al Consejo de Ministros y superar el trámite parlamentario, por lo que la experta habla del próximo verano como época más probable de transposición. “Habrá retraso y pasará como con MiFID I, pues es una norma dinámica donde continuamente el mercado se tendrá que ir adaptando y haciendo ajustes para cumplir los requisitos”, defiende. Y es que, aunque la voluntad de la CNMV es que el retraso se minimice, la realidad es más compleja.
Enrique Fernández Albarracín, de EY, es sin embargo más optimista y cree que “el calendario se va a acelerar un poco más de lo que pensamos todos”, puesto que el borrador de agosto es “un copia y pega del texto de la directiva” y no debería plantear muchos problemas políticos de cara a la aprobación parlamentaria. “Lo más lógico por tramitación sería pensar en febrero, dado que el Ministerio de Economía se ha comprometido a cumplir lo mejor posible los plazos legales, y es posible que desde el Consejo de Ministros se haya pedido al Consejo de Estado un acortamiento del plazo estándar (de dos meses pero que podría reducirse incluso hasta siete días, como ha ocurrido con otras leyes)”. En este sentido, el experto habla de una intención clara de tener la norma muy cerca del mismo 3 de enero.
En este contexto, la clave sería tener en cuenta qué aspectos entran en vigor de forma automática –un 60%- y cuáles de los que exigen desarrollo y transposición podrían esperar. Con todo, recomienda prepararse desde ya, en primer lugar porque si se aprueba una norma idéntica a la europea y de forma acelerada, a muchas entidades les pillaría sin estar preparadas en temas como la protección del inversor o la implementación práctica del modelo de distribución. Y también porque podría haber consecuencias de no aplicarse la norma desde el primer día. “Un consumidor podría demandar la aplicación de la normativa desde el 3 de enero”, destaca Carlos García Ciriza, presidente de Aseafi, puesto que, aunque en principio no parece que la intención de la CNMV sea empezar a supervisar el 3 de enero, sí que podría tomar medidas en el caso de reclamaciones de clientes. Además, aunque no en todos los casos el Tribunal de Justicia de la UE ha reconocido la aplicación directa de las directivas, sí lo ha hecho en ocasiones, con lo que el riesgo por su falta de aplicación existe.
Críticas por retirar la i y nueva competencia en asesoramiento
Mas allá del cuándo, en la jornada se debatieron temas como la obligación de retirar la letra “i” del nombre de EAFIs, para no confundirla con independiente, algo que algunos consideran injusto. “Ello obligará a dar explicaciones absurdas en un momento en que la figura ha de encajar en un sistema donde no es obvio encajar y genera una discusión conceptual en torno a la independencia, que perjudica a las EAFIs”, defiende Santiago Satrústegui, vicepresidente de EFPA España. “Es una irresponsabilidad legislativa, pues, si esa letra es mal usada, lo lógico sería hacer una terapia para usarla bien, pero quitar la i es una medida desproporcionada para una figura que creada hace menos de 10 años”, dice Hernández.
Para Fernández Albarracín, no es una cuestión tan importante y se debe la intención del Ministerio de aclarar el terreno de juego y las reglas, y marcar la diferencia entre los modelos dependiente e independiente. “El legislador ha optado por la estrategia del “fumar mata” y la i es un elemento para dejar clara al mercado su intención de regular el modelo independiente como uno muy cualificado y separado del que no lo es”, explica. Con todo, para García Ciriza, resulta injusto que se la quiten a todas las entidades y no se planteen dejarla en aquellas que sí serían independientes… un modelo que por otro lazo, según el presidente de Aseafi, se dificulta al no permitir el neteo y penalizar fiscalmente al cliente –que tendrá que pagar el IVA de la comisión del asesoramiento y soportar también cargas fiscales en la devolución de las retrocesiones-.
Pero más allá del asunto formal de la “i”, uno de los aspectos cruciales será cómo cambiará el negocio de las EAFIs, o hacia dónde deberá dirigirse, si la gran banca se convierte en foco de competencia y dirige su actividad hacia un asesoramiento no independiente con producto propio, como indican los expertos. “Empezaron con un modelo de comercialización pero ahora están acercándose al asesoramiento con producto propio”, dice Hernández, que permite el cobro de retrocesiones bajo ciertos requisitos como hacer un seguimiento de las carteras. “Hay tres alternativas para cobrar incentivos: hacer asesoramiento no independiente con producto de terceros –algo que los bancos no quieren hacer en las capas más retail para poder seguir vendiendo fondos propios-; comercialización con una amplia gama de productos y ofreciendo ciertos servicios; o asesoramiento no independiente con producto propio… y las entidades se están yendo, de momento, por este camino, que consiste en una especie de asesoramiento masivo simplificado”, explica la experta. Algo que diferiría de lo que ha ocurrido en Reino Unido, donde la solución fue abandonar el servicio del asesoramiento.
¿Qué hacer?
Teniendo en cuenta la situación, y posible fuente de competencia para las EAFIs, Fernández Albarracín recomienda a las entidades diferenciarse en cuanto a su servicio y en cuanto a la tecnología. “La diferenciación del servicio es clave, porque los bancos van a virar hacia el asesoramiento en masa –en propuestas sobre un solo producto, como los fondos, o sobre carteras modelo-. Las EAFIs deberían ir a las antípodas de esa construcción masiva, hacia la diferenciación”, dice, y de forma ideal y para asegurar su supervivencia, deberían ser los estandartes del modelo independiente. Para García Ciriza, esa transición debería ser gradual, porque cambiar el modelo de golpe sería muy complicado, y también pone en valor la actividad de las EAFIs, indicando que, por poco que tengan, ya hacen un asesoramiento de mayor calidad al no independiente de un banco: “Para un banco, MiFID II supone un cambio de modelo, para nosotros no”, recuerda. En segundo lugar, y en mundo en el que los bancos están siendo creativos a la hora de construir herramientas de propuestas y reporting con la nueva tecnología, las EAFIs también deberían incorporarla con fuerza, dice el experto de EY.
Las recomendaciones de Hernández se centran en dos planos: el primero, en hacer una reflexión de carácter estratégico sobre el modelo que quieren adoptar y si creen o no en el modelo independiente como un factor diferenciador (y, en caso de que les cuadren más otros modelos o figuras, transformarse) y el segundo, desde el punto de vista práctico, realizar transformaciones en los contratos (indicando el tipo de asesoramiento y su significado, el cambio en las relaciones con los clientes, la información pre y post contractual sobre costes y gastos, y también sobre la recepción de análisis, con tratamiento diferente en los diferentes tipos de asesoramiento…), hacer una buena trazabilidad de los procedimientos y prepararse desde un punto de vista formativo.
Sobre la formación, Satrústegui se mostró muy crítico con la amplia lista de certificados y titulaciones que se están aprobando como válidas, mientras García Ciriza criticó que un banco pueda formar a sus asesores y certificarlos desde dentro.
A cinco años…
Éstas podrían ser las premisas de preparación para que las EAFIs afronten un futuro en el que predominará la consolidación o las alianzas, y surgirán entidades “de ámbito nacional”, según García Ciriza, a pesar de que ve “problemas de egos” para que se materialice de forma importante esa consolidación. “Necesitarán más capacidad económica para invertir y mejorar modelo de negocio, y no queda otra que la consolidación”, dicen desde EY.
Con la vista puesta a cinco años, Hernández se muestra muy positiva con las EAFIs, que cumplen en enero 10 años desde la creación de la figura y en un momento en el que la regulación “está poniendo más en valor concepto de asesoramiento” y los clientes ya la identifican como alternativa a banca tradicional. “Quizá haya algún movimiento de consolidación pero si se aprovecha la oportunidad, dando tiempo a que madure la figura, seguirá desarrollándose y arañando cuota de mercado”, añade.
Vía: FundsSociety.com
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