TRIBUNA de Rosa Mateus, Country Head del CISI para España.
La diversidad de género es un imperativo para el sector de servicios financieros
Las mujeres representan el 50% de la población mundial y toman o influyen en el 80% de las decisiones de compra. Podríamos concluir que las mujeres manejan la economía mundial, de facto. Sin embargo, la mayoría de las empresas les prestan sus servicios de una manera bastante pobre.
En el sector bancario, en particular, hay un reconocimiento creciente de la importancia de la diversidad. La Autoridad Bancaria Europea, en conjunto con la Autoridad Europea de Valores y Mercados, publicó recientemente directrices que abogan por una mayor diversidad de género.
Sin embargo, los bancos, ampliamente considerados como bastiones del capitalismo, centrados en la maximización de los beneficios, se encuentran entre los sectores menos diversificados, siendo apenas una quinta parte, de los altos directivos de los bancos europeos, mujeres. Y con los beneficios actuales todavía muy por debajo de sus niveles previos a la crisis, la voluntad de los bancos por encontrar nuevas formas de aumentar las ganancias, rara vez ha sido mayor.
Además, no sólo el sector parece estar perdiendo por su liderazgo dominado por hombres, hay también evidencia académica que sugiere que la diversidad de género mejora la gestión del riesgo.
Las principales características de la inversora femenina:
- Adopta un enfoque a largo plazo para la inversión: el 45% de las inversoras se centran más allá de los cinco años en lo que respecta a su plazo de inversión.
- Su objetivo es tomar decisiones bien informadas: el tiempo y la información les permiten a las inversoras tomar decisiones muy sopesadas gracias a la información recabada y analizada, evitando el arrepentimiento. Cerca del 50% de las mujeres inversoras cuestionan sus decisiones cuando no tienen suficiente información para tomar una decisión informada o cuando se sienten presionadas para tomar una decisión.
- Se apoya en conceptos emocionales, como la seguridad y la independencia: la forma en que las mujeres se relacionan con el dinero difiere de la de los hombres. Para las inversoras, el dinero representa seguridad e independencia, dados los corrientes problemas como la brecha salarial de género y/o la probabilidad de que sobreviva a su cónyuge si está emparejada.
- Es relativamente adversa a los riesgos y las pérdidas: los factores genéticos, como los niveles de testosterona y la manera en que el cerebro lidia con el estrés, pueden hacer que las inversoras se vuelvan más adversas al riesgo. A diferencia de sus contrapartes masculinos, las mujeres recuerdan más vívidamente las experiencias negativas, lo que puede disuadir aún más la toma de riesgos.
En la mayoría de los países, los bancos, las aseguradoras y los administradores de activos, la representación femenina está mejorando gradualmente.
Por sector, los bancos, en relación con los Consejos, cuentan ya con un tercio de representación femenina. Pero en el nivel ejecutivo sénior sólo es el 13%. Los organismos comerciales y los reguladores encabezan el ranking con más del 30 % de los altos ejecutivos mujeres.
Capital privado y los fondos de cobertura, un 10% y un 9% respectivamente
Los datos de diversos estudios revelan que la proporción de mujeres se reduce drásticamente a medida que los individuos ascienden jerárquicamente en sus instituciones. A pesar de algunas mejoras en los últimos años, el progreso ha sido y es muy lento.
Las mujeres representaron el 25,5% de los cargos sénior en 2016, en comparación con el 23,7 % en 2014.
La frustración por el lento avance de las iniciativas de igualdad de género en los servicios financieros podría marcar el 2017 como un punto de inflexión en la aceptación de las cuotas obligatorias por parte de las mujeres.
En una era en la que las empresas de servicios financieros se enfrentan a una creciente competencia de los nuevos participantes del mercado, sobrecarga regulatoria y al desafío de lograr crecimiento en un entorno de tasas de interés bajas, es fundamental generar una mayor innovación y flexibilidad en la mano de obra. La diversidad ampliará la fuente de talentos y mejorará la cultura del lugar de trabajo, a fin de preparar mejor a dichas empresas, para que prosperen en el futuro.
El predominio de hombres en altos cargos en empresas de servicios financieros es un síntoma de problemas más amplios. Criterios demasiado estrechos para el avance, modelos de liderazgo obsoletos, prácticas laborales inflexibles y parcialidad en la gestión del talento.
Abordar estos problemas beneficia a la organización, sus empleados, sus clientes e inversores. Una mayor diversidad de género puede ayudar a las empresas de las siguientes maneras:
1. impacto positivo en la cultura, la conducta y el riesgo
2. mejorar la conexión del cliente
3. adoptar nuevas competencias que conduzcan al crecimiento futuro
4. acceder a un grupo más amplio de talento
Ahora es el momento de tomar medidas. El problema de la diversidad de género está muy por debajo de la paridad. Los servicios financieros no se han recuperado totalmente del daño causado a su reputación después de la crisis del 2008. Aun cuando se esté reclutando mujeres a un ritmo más o menos aceptable, lo que de verdad se necesita es la retención. Y, en cualquier caso, los ratios de género varían significativamente según el sector.
En los análisis de progresión de carrera, los resultados reflejan que los hombres logran los ascensos mucho más rápido que las mujeres, a quienes por otro lado se les exige mucho más y unos estándares más altos que a sus colegas masculinos. La competencia es muy dura, entre costes más altos y menores beneficios.
El sexismo manifiesto de épocas anteriores ha menguado, pero los sesgos inconscientes y las expectativas de roles de género que perjudican a las mujeres no. Muchas mujeres deben enfrentar una cruda realidad: el costo de hacer crecer su carrera en servicios financieros supera los beneficios potenciales, teniendo en cuenta la mayor incertidumbre y los obstáculos que enfrentan.
Hay que decir que hoy en día, la mayoría de las empresas financieras están comprometidas a mejorar el equilibrio de género entre sus altos ejecutivos. La diversidad e integración son ahora imperativos competitivos dentro de un mercado de servicios financieros en evolución.
Con perspectivas alternativas, el liderazgo femenino impulsa a las compañías a una mayor efectividad y mayores rendimientos. Las mujeres le dan una gran importancia a la inversión personal y son socialmente responsables, lo que significa que el capital femenino es primordial para invertir en mecanismos financieros innovadores que ayuden a avanzar en el mercado. Además, los millennials están tomando cada vez más las riendas de la economía global, con lo que la inversión socialmente responsable se convertirá en la norma. El futuro de las finanzas son las finanzas innovadoras, y para que este sector crezca y alcance su potencial, necesitamos esas perspectivas alternativas.
Fuente: FUNDPEOPLE.COM
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