Como bien nos habla la legislación educativa en muchos de sus decretos, la participación de las familias en el centro y la conjunción de criterios compartidos con el equipo educativo son fundamentales para garantizar la coherencia del proceso educativo en estos ámbitos educativos.
Dicho esto, es obvio que los docentes hemos de buscar alternativas comunicativas para con las familias, de modo que fomentemos la participación de éstos de un modo atractivo. En este sentido, el libro de Carmen Ibáñez Sandín, “El Proyecto de Educación Infantil y su práctica en el aula”, me parece una herramienta esencial que cualquier docente de Educación Infantil ha de tener en su poder como fuente de consulta, por su riqueza de contenidos en cada uno de los aspectos propios del período. En él, Carmen propone interesantísimas formas a modo de actividades para interactuar con las familias de manera divertida y amena. Entre ellas, me llamaron mucho la atención dos, caracterizadas por la simplicidad de su realización y, a la vez, la eficacia que supone su desarrollo en el aula en torno a la comunicación con las familias.
La primera de ellas es llamada por Carmen “los cupones del cole y la casa”, y se trata de una interesante actividad mediante la cual se invita a las familias a colaborar e interesarse por ayudar a sus hijos en su proceso de aprendizaje. Mediante estos cupones se trabajan diferentes contenidos, que variarán en función de la Unidad que se trabaje y las necesidades individuales de cada niño. Cada cupón se corresponde con un dibujo que los niños llevan a casa, cuando consiguen la habilidad que refleja dicho cupón, lo colorean y lo traen a clase, donde demuestra que ha adquirido la habilidad. En el registro de observación de los cupones se reflejarán estos aprendizajes, dibujando un corazón como recompensa positiva.
En segundo lugar, he querido destacar “el/la protagonista de la semana”. Esta es otra forma de hacer una llamada a la colaboración de las familias y resulta un puente de unión entre éstas y la escuela. Es una actividad que se puede realizar con niños desde los tres hasta los seis años. Cada semana, de lunes a viernes, un niño/a de la clase se convierte en el personaje principal. La elección se hace por orden de lista, de este modo, todos los niños/as serán protagonistas de la semana. No obstante, excepcionalmente pude serlo un niño una semana que no le corresponda por resultar adecuado para su desarrollo motivado por alguna situación o a algún hecho que le ha ocurrido.
El viernes anterior a dicha semana se le comunica a los padres por escrito que su hijo/a será el/la protagonista de la semana y se les dan unas instrucciones. El niño/a, en su semana de protagonismo, lleva a la clase fotos de su vida desde que nació. También lleva su juguete preferido para que todos los niños de la clase lo conozcan.
Las fotos que el niño/a aporta debe saber interpretarlas ante sus compañeros, hecho que hace necesaria una intervención previa de los padres en casa durante el fin de semana, seleccionándolas, explicándoselas al niño/a, identificando a las personas que están con él, el lugar, lo ocurrido en el momento de la foto, etc.
En la hora de la asamblea, el lunes por la mañana, comienza el niño/a a contar y explicar la corta historia de su vida a través de las fotos que se irán colocando en la pizarra magnética especial para el protagonista de la semana, mientras sus compañeros la escuchan atentamente. A continuación, la/el maestra/o le hace una serie de preguntas que el niño intenta responder: dónde nació, dónde vive, nombre de sus padres, hermanos, etc.
Estos momentos son inmensamente motivadores para el niño/a, ya que está expresando su propia vida, lo más cercano que tiene él/ella. De este modo, irá comentando progresivamente durante toda la semana, en el momento de la asamblea, cuáles son sus aficiones, sus comidas preferidas, el color que más le gusta, sus amigos, nos hablará de su familia, los nombres y edades de sus hermanos…
La clase entera se dedica al niño/a principal de la semana, dibujándole según su aspecto real y haciéndole su silueta. Además, se saca la huella de sus manos y de sus pies con pintura líquida y con su color preferido para ser expuesto en el tendero durante toda la semana.
El último día (viernes) se resume lo acontecido en el aula y se comprueba si el/la niño/a es conocido mejor por sus compañeros y si él se encuentra satisfecho: en definitiva, se valora la actividad.
Al finalizar la actividad, se elabora el libro del protagonista o la protagonista de la semana en el cual se recoge toda su historia y los hechos acontecidos durante la semana.
Carmen Ibáñez explica en su libro que esta actividad resulta enormemente motivadora y enriquecedora tanto para los niños como para los profesores, ya que a través de ella los niños se sienten valorados en su individualidad y al mismo tiempo como miembros de un grupo, haciendo partícipes, a la vez, a sus familias.