Se puede resumir la trayectoria de los tercios en estos puntos: hasta 1600, constituye la mejor infantería de Europa. A mediados de XVII, el sistema militar español muestra claros síntomas de agotamiento. Al final de este periodo España deja de ser una potencia hegemónica. Lógicamente los tercios también pierden ese potencial. La decadencia de los tercios no hizo sino reflejar la del país que los creo. Europa entera copio el sistema de tropas ligeras de Austria. El modelo español, fue en su día el más eficiente que existía y por lo tanto emitido por los otros países.
Los problemas del ejército era una cierta escasez de generales brillantes. Importantes derrotas se debieron a las deficiencias de la caballería. La decadencia militar también se debió a los asuntos económicos. La política de los Austrias y el propio poder de España generaron un número tal de enemigos que llego a ser imposible batirlos a todos. Los tercios asi se fueron desangrando en una lucha eterna contra una sucesión de rivales, que en ocasiones, parecían que se iban relevando en su enfrentamiento contra España.
España sencillamente, era incapaz de asumir la carga que suponía la defensa de sus territorios y el papel que se había impuesto. Esto le llevo a una bancarrota y la oleada de motines. La falta de fondos hizo que desde fechas muy tempranas, los tercios estuvieron mal pagados. Ante ello las tropas se rebelaban. Si financiar las unidades existentes era una cuestión ardua, reclutar otras nuevas resultaba aun más difícil.
Como se puede resumir, no había dinero ni para mantener a estas tropas y para tenerlos completos. La combinación de estos factores llevo a la decadencia de los tercios.