Un burócrata chino- Xu Guangqi

Xu Guangqi ( chino: 徐光启, 1562-1633),  fue un burócrata chino, estudioso de la agricultura, astrónomo y matemático, durante la dinastía Ming .

Fue colega de Matteo Ricci , con el que tradujo numerosos textos clásicos occidentales al chino. En 1607, Xu y Ricci tradujeron los primeros capítulos de los Elementos de Euclide al chino, dando a sus compatriotas nuevos conceptos en matemáticas y lógica occidental. Estudiosos chinos atribuyen a Xu haber comenzado el periodo de la Ilustración China .

Matteo Ricci (a la izquierda) y Xu Guangqi en una imagen de China Illustrata de Athanasius Kircher, publicada en 1667. La edición china de los Elementos de Euclides, fue impresa en 1607.

El contacto con Ricci lo llevó a ser bautizado como católico en 1603 con el nombre de “Paul Xu Guangqi” . Este acercamiento a occidente influyó en él de modo que se volvió más crítico respecto a China, especialmente en matemáticas.

La gran contribución de Matteo Ricci

Su intensa labor en China supuso el mayor intercambio cultural entre Europa y China hasta aquel momento.

Además del profundo conocimiento de los libros clásicos chinos por parte de Ricci (que le llevaron a realizar una perfecta síntesis entre el cristianismo y el confucianismo), una de las claves para su éxito fue su conocimiento científico. Ya en su tiempo, algunas obras matemáticas europeas clásicas fueron traducidas al chino. Sin embargo, todavía fue más importante que Ricci se diera cuenta de la gran importancia que tenía la astronomía en el imperio chino. Desarrolló una amistad con el matemático chino Xu Guangqi, y juntos realizaron la primera traducción al chino de los Elementos de Euclides.

Kunyu Wanguo Quantu, Mapa del mundo elaborado por Giulio Aleni, basado en el precedente de Matteo Ricci en China.

Gracias a Ricci, los conocimientos técnicos, matemáticos y cartográficos de Europa entraron en China, y fue él quien fundó las primeras comunidades católicas en el país.

Matteo Ricci

Matteo Ricci- Un jesuita destacado

Al hablar de los jesuitas en China, se destaca un personaje muy importante, tanto para el mundo occidental, y el imperio chino- Matteo Ricci.

Matteo Ricci, en chino Lì Mǎdòu (利瑪竇), nació el 6 de octubre de 1552 y murió en Pekín el 11 de mayo de 1619. La Compañía de Jesús lo destinó a China donde pasó casi treinta años predicando el cristianismo.

Nacido en Macerata, en los Estados Pontificios (actualmente en Italia), estudió en la escuela jesuita local y en 1568 se desplazó a Roma, donde comenzó estudios de derecho. En 1571 pasó a formar parte de la Compañía de Jesús. Fue alumno del también jesuita Cristóbal Clavio, con quien estudió matemáticas y astronomía.

En 1582 viajó a China, llegando a Macao , también territorio portugués, el 7 de agosto de 1582 .

Estableció una misión permanente en el imperio chino. Puso en práctica la política de ‘acomodación’ que había propuesto Alexandro Valignano (1539-1606), el cual tenía el cargo de Visitador de las misiones en Asia. Esta política consistía principalmente en guardar respeto a la cultura autóctona, vestir al modo de los naturales del país, aprender su lengua, y en general seguir sus costumbres. Estas consignas las siguió Ricci. Tras entrar en el imperio en 1583 y después de vivir en varios lugares de China, finalmente pudo establecerse en la capital, Beijing, en 1601, donde permaneció hasta su muerte.

 

Francisco Javier

Confesor, Misionero, Religioso de la Compañía de Jesús, Sacerdote

Francisco de Jasso Azpilcueta Atondo y Aznares de Javier , más conocido como Francisco de Javier o Francés de Jasso. Nació el 7 de abril de 1506 y murió el 3 de diciembre de 1552. Fue un religioso y misionero navarro de la Compañía de Jesús nacido en el Castillo de Javier de la villa homónima y fallecido en la isla de Sanchón ( China ).

Famoso por sus campañas evangelizadoras en el Asia Oriental y en el Japón, le valieron el sobrenombre de Apóstol de las Indias.

Cuando el rey de Portugal pidió misioneros jesuitas para sus dominios de la India, se los arregló para ir él a la empresa.
En una época en que a los 40 años se fue viejo, emprendió la aventura asiática al la edad 35.Tardó más de un año en el azaroso viaje hasta la India, en el que pasó todo el catálogo de penalidades, pero vale la pena, pues cuando llegó descubre su pasión asiática.
Recorrió la costa índica hasta el extremo sur, convivió con los pescadores de perlas y pasa a Ceilán, donde se enfrentó a la matanza de cristianos. Subió luego por la costa oriental de la India hasta Madrás, donde estaba la sepultura de uno de los Doce Apóstoles, Santiago el Menor, ante la cual se renovó su celo misionero- exploratorio.
Oyó hablar de un país muy civilizado llamado Japón y decidió ir allí, aunque tuviera que hacerlo a bordo de un barco pirata. Con enormes dificultades, sentó las bases del cristianismo en Japón, pero no se conformó. Intuyó que la refinada cultura japonesa tiene sus raíces en China. Ése sería su siguiente asalto.
China es era país prohibido a los extranjeros, pero ¿quién puede detener a Francisco de Javier? Solamente la llamada de Dios a su seno. Mientras esperaba en una isla costera el permiso para desembarcar en Cantón, contraó una pulmonía que le provoca la muerte a los 46 años. Su apostólica pasión por Asia quedaba recogida en 137 cartas que componen, valores espirituales aparte, una fantástica crónica de viaje a lo desconocido.

Viaje de Francisco Javier