En 1464, los nobles de Castilla firman un manifiesto “Memorial de los Agravios”. Y un año después, en 1465, los nobles se reúnen en Ávila para deponer al rey Enrique IV de Castilla y proclaman rey a su hermanastro Alfonso. Encontramos esta “Farsa de Ávila”: los nobles contra el rey de Castilla en 1465 en la Crónica del rey Enrique Cuarto de 1953 en las páginas 144 y 145.
Durante el reinado de Enrique IV, varios bandos nobiliarios luchan entre ellos y contra el rey para apoderarse de parcelas del poder. El marqués de Villena (rival de la familia de los Mendoza) forma una alianza contra el rey con varios arzobispos (el de Toledo, el de Sevilla, el de Santiago), con la familia Enríquez, con los condes de Plasencia y de Alba y con otros nobles y eclesiásticos. El 11 de diciembre de 1464, asistimos a un ultimátum: si el rey no modifica su conducta y si no se deshace de su gobierno, lo destituyen. Con todo eso, el rey intenta negociar y encontrar acuerdos pero no lo ha conseguido. Así que, el rey es depuesto en Plasencia el 27 de abril de 1465 y luego en Ávila el 5 de junio de 1465.
Durante la ceremonia, los rebeldes leen todos los agravios por los que el rey fue acusado: el rey tiene y mantiene relaciones estrechas con los musulmanes (se viste de la misma manera que los moros), es impotente, es homosexual, no es el padre legítimo de Juana…). Después de los discursos, el arzobispo de Toledo le quita a la efigie la corona (cabe decir que la corona es símbolo de dignidad real). El arzobispo de Plasencia le quita la espada (símbolo de la administración de justicia). Y, el conde de Benavente le quita el bastón (símbolo del gobierno). También, para “ir más allá”, el hermano del conde de Plasencia grita “¡A tierra, puto!”.
Podemos decir que es un verdadero seísmo político. Por primera vez hay una semejante ofensa, un semejante ataque al poder real. Este acontecimiento acarea un periodo de turbios para Castilla. En vez de Enrique IV, después de grandes luchas entre las dos facciones, Alfonso (infante que es el hijo de Juan II de Castilla de un segundo enlace) es nombrado rey por los nobles. Pero, Alfonso fallece con 12 anos en 1468. Entonces, Enrique IV recupera plenamente el poder y el titulo de heredera pasa a ser disputado entre Juana e Isabel (hermana de Alfonso y segunda en la línea de sucesión).
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