Bajo Enrique (antecesor de los Reyes Católicos), estaban en cierne varios de los elementos innovadores que retomaron los RRCC: hace falta volver a organizar el poder real, crear una armada permanente, instaurar una inquisición episcopal para luchar contra los heréticos y una reforma monetaria, intentar volver a hacer la guerra de “reconquista” bajo la forma de una guerra de usura. Pero a partir de 1464, la liga dirigida por Pacheco vuelve a tomar el poder. Entonces, Enrique IV no puede hacer casi nada y la lucha contra las ligas nobiliarias va a volver una guerra civil. Pero el reinado de Enrique IV es caótico a causa de la debilidad del monarca y de la potencia de la nobleza rebelde que siempre intento imponerse frente a la institución monárquica.
Entonces, el reinado de Enrique IV presenta una imagen negativa aunque el rey haya tenido un comienzo de reinado positivo. Nunca un rey ha sido tan criticado y vilipendiado. Enrique IV es víctima de una doble propaganda: es víctima del odio esquivo y tenaz de su mejor amigo Juan Pacheco y Juan Pacheco va a hacer la guerra contra Enrique IV porque no lo acepta como su privado. Así que, en cuanto a esta imagen negativa, cabe notar muchas opiniones negativas de la mayoría de los cronistas que han escrito sobre dicho monarca. Por lo demás, su reinado coincide con tiempos difíciles; tiempos en lo que vuelven a aparecer síntomas de la pasada crisis. No solo tiene que luchar contra los problemas políticos cada día, sino que también tiene que enfrentarse con los problemas de fondo y fortalecer el poder regio. Por otra parte, vemos esta exaltación del poderío real absoluto de Juan II (padre de Enrique IV el Impotente): la imagen del monarca que empieza por “Muy alto e muy poderoso prinçipe e muy esclaresçido rrey e señor, vuestros omildes seruidores…” en la obra Cortes de los antiguos reinos de León y Castilla de 1866.
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