Como consecuencia de esta guerra, contraria a la idea caballeresca de conquista, los nobles lanzarían acusaciones contra Enrique en 1464, debido a que vestía como un moro y se rodeaba de infieles. Así se hizo eco la acusación de que Enrique se sentaba en el suelo, comía, bebía y vestía a la manera pagana, seguía la religión islámica y practicaba la poco cristiana costumbre de la homosexualidad, lo que explicaba que no durmiera con su mujer. Es decir, presentan a Enrique como protector de los musulmanes
Pese a las críticas que recibieron la guerra granadina y la administración de sus fondos, la fama de Enrique se difundió por toda Europa, quizá por haber sido el único monarca que se decidió a tomar las armas contra los musulmanes después de mucho tiempo. Así Enrique fue reconocido por el papa como el campeón de la cristiandad en la bula fechada en Roma el 25 de diciembre de 1457, después de las campañas de 1455 y 1456.
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