Para afianzar las relaciones y alianzas con los reinos vecinos, se llevaron a cabo diferentes actuaciones:
– El matrimonio de Enrique IV con Juana de Portugal en 1455, ratificó las alianzas existentes entre Castilla y Portugal, que celebraron el enlace con grandes fiestas, aunque nadie entendió en Castilla que Juana fuera aceptada sin dote.
– Se enviaron embajadores a Francia para ratificar la paz y amistad entre los reinos.
– Se negoció la paz con los reyes de Navarra y Aragón, lo cual, era uno de los primeros objetivos de Enrique IV, para neutralizar a Juan de Navarra y quitar apoyos a los nobles castellanos. Cinco días después de la muerte de Juan II (21 de julio de 1454) se habían ratificado las paces entre Aragón y Castilla establecidas en diciembre de 1453 a petición de Alfonso el Magnánimo y de su esposa María de Castilla. Alfonso el Magnánimo además, cedió el primer lugar a Enrique como descendiente directo del linaje real de los godos de España, en septiembre de 1454. Este acuerdo fue confirmado por Juan de Navarra en febrero del año siguiente.
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