Una Hermandad es una corporación mancomunada integrada por diversos municipios o provincias.
En los comienzos de su reinado, en 1455, Enrique había confirmado las hermandades de Álava y Guipúzcoa e impulsado una hermandad entre Segovia, Burgos, Ávila, Palencia, Valladolid, Arévalo, Roa y Aranda (1456), para que los delincuentes fuesen mejor seguidos y ajusticiados. Dos años más tarde aprobó los estatutos de la Hermandad formada en Galicia por La Coruña y Betanzos, a la que se unió un grupo de caballeros y los concejos de Santiago, Noya y Muros, con el objetivo de poner fin a los abusos de la administración de justicia y a la usurpación de las rentas reales en el arzobispado de Santiago.
En esta línea se creó la Hermandad de 1464 destinada a apoyar al rey en su lucha contra la nobleza. Su inspirador parece haber sido el obispo de Cuenca, Lope Barrientos , que encabezaba a los miembros del Consejo opuestos a cualquier negociación con los nobles. De esta hermandad formarían parte Cuenca, Huete, Uclés, Requena, Moya y Huélamo, a las que se unirían más tarde Madrid, Belmonte, Burgos y Palencia.
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