Juana rehabilitada en Valdelozoya

El matrimonio de Isabel sin el consentimiento del rey iba contra lo acordado en los Toros de Guisando, pero tampoco Enrique había cumplido su parte, pues al conocer las negociaciones entre Isabel y Fernando, el monarca volvió a reconocer a su hija Juana como heredera.

Cuando Isabel se unió en matrimonio a Fernando, los embajadores de los antiguos pretendientes de Isabel, informados de las diferencias entre ésta y el monarca, llegaron a la corte castellana, ofreciéndose como maridos de Juana, la hija de Enrique, para contrarrestar el matrimonio de Isabel y Fernando.  De estas propuestas, sería aceptado el matrimonio entre Juana y el duque de Guyena y, entre sus cláusulas, se incluía la concesión al duque del título de príncipe de Castilla y de León, príncipe de Asturias y primogénito y heredero de los reinos de Castilla y León, lo que equivalía a negar los derechos de Isabel y rehabilitar a Juana , jurada de nuevo como heredera en Valdelozoya el 28 de octubre de 1470 El reconocimiento de Juana iba acompañado del rechazo a Isabel que, en adelante, no sería tenida ni por princesa heredera, ni sucesora de los reinos. Enrique rehabilitaba a su hija pero no a su mujer, a la que consideraba ya como la mujer de Pedro de Castilla, con quien tenía dos hijos.

Juana “la Beltraneja”

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