2. Características generales de la escultura barroca

Características generales del arte barroco:

Entre las características generales del arte barroco están su sentido del movimiento, la energía y la tensión. Fuertes contrastes de luces y sombras realzan los efectos escenográficos de muchos cuadros, esculturas y obras arquitectónicas. Una intensa espiritualidad aparece con frecuencia en las escenas de éxtasis, martirios y apariciones milagrosas. La insinuación de enormes espacios es frecuente en la pintura y escultura barrocas; tanto en el renacimiento como en el barroco, los artistas pretendieron siempre en sus obras la representación correcta del espacio y la perspectiva. El naturalismo es otra característica esencial del arte barroco; las figuras no se representan como simples estereotipos sino de manera individualizada, con su personalidad propia. Los artistas buscaban la representación de los sentimientos interiores, las pasiones y los temperamentos, magníficamente reflejados en los rostros de sus personajes. La intensidad e inmediatez, el individualismo y el detalle del arte barroco hicieron de él uno de los estilos más arraigados del arte occidental.

Escultura:

Los temas tienden a ser más profanos, mitológicos, en donde el desnudo adquiere una particular importancia. Además, la escultura se vuelve urbana, aparece en las calles, plazas y fuentes, integradas con la arquitectura.
La escultura barroca se caracteriza por su fuerza y su monumentalidad, su movimiento compositivo, su dinamismo, proyectado hacia fuera, sus composiciones diagonales, su expresividad y su tratamiento de la ropa.

Características de la escultura en el Barroco:

Se impuso el realismo en las representaciones, a las que se dotó de rasgos físicos y movimientos naturales. Todos los detalles del cuerpo humano se representaron minuciosamente, reflejados en desnudos en estado puro. La naturaleza se representa tal y como es, dejando a un lado la idealización.

Las representaciones mostraban un gran patetismo. Se exaltaron los sentimientos y se dio mucha teatralidad a los gestos. Hubo un gran interés por plasmar la psicología de los personajes.

Las figuras adquirieron gran movilidad, energía y vitalidad. Se hizo muy habitual que éstas se engarzasen unas con otras formando composiciones muy complejas. Se impuso el gusto por lo teatral y las composiciones se pensaban como auténticas escenografías, es decir, como decorado para una representación teatral.

Se potenciaron los efectos luminosos. Los pliegues de la ropa y los gestos de las figuras provocaban combinaciones de luces y sombras.

En cuanto a la temático, a pesar de la identificación del Barroco con la etiqueta de “arte de la Contrarreforma”, adecuado al sentimiento de la devoción popular, la escultura barroca, incluso en los países católicos, tuvo una gran pluralidad de temas (religiosos, funerarios, mitológicos, retratos, etc) siendo en estos países la representación religiosa la más frecuente. En todos los casos se desarrollaban los retratos y las escenas mitológicas.

La manifestación principal es la estatuaria, utilizada para la ornamentación de espacios interiores y exteriores de los edificios, así como de los espacios abiertos, tanto privados (jardines) como públicos (plazas). Las fuentes fueron un tipo escultórico que se acomodó muy bien con el estilo barroco.

Para diferenciar la escultura barroca de la escultura renacentista, vamos a analizar dos obras representativas resaltando las características que los diferencian.

De estas dos obras, una se denomina “La Piedad”, realizada por el artista Miguel Ángel Buonarroti y la otra, “El éxtasis de Santa Teresa” de Gian Lorenzo Bernini. La primera pertenece al renacimiento y la segunda al barroco, realizadas por los máximos exponentes, respectivamente, de estos dos movimientos artísticos.

ENLACES DE LAS IMÁGENES:
http://educacion.ufm.edu/gian-lorenzo-bernini-el-extasis-de-santa-teresa-marmol-1652/ (“Éxtasis de Santa Teresa”)
https://es.wikipedia.org/wiki/Piedad_del_Vaticano (“La Piedad”)

El primer enlace corresponde a la de Bernini. Se trata de la escena de Santa Teresa en pleno éxtasis la cual ocupa el centro del camarín, acompañándose de unos rayos solares en bronce dorado que refuerzan la expresividad de las figuras, que reciben la luz de una claraboya oculta que envuelve la escena de una fingida y teatral “luz celestial” proporcionando a la escultura un contrastado claroscuro, recurso muy frecuente en el Barroco. La iconografía plasmada por el escultor denota el conocimiento personal de los ejercicios espirituales de corte contrarreformista, orientados a experimentar emocionalmente las experiencias cristianas de la Pasión para lograr la unión con Dios, una experiencia mística. Se observan unas anatomías tersas que en su gran mayoría quedan ocultas bajo los estudiados pliegues angulosos. A ello se suma la gesticulación barroca, como los ojos entornados, la boca entreabierta y las manos relajadas de la santa, así como los efectos plásticos producidos por las diferentes texturas como herencia directa del arte de Miguel Ángel, como la morbidez juvenil del ángel andrógino. En esta escultura se observa gran viveza y expresividad, quedando exaltados los sentimientos.

El segundo enlace corresponde a “La Piedad”, escultura renacentista realizada por Miguel Ángel. En esta obra observamos, a diferencia de la obra de Bernini, una representación falta de expresividad y estática, donde la simetría predomina.

Indicadores que nos pueden facilitar la distinción entre una obra renacentista y una barroca, son el rostro (expresivo en el arte barroco) y la dualidad simetría-ángulo, siendo el arte barroco proclive a la curva y la expresión de sentimientos de lo representado, al contrario de lo estático y simétrico representativo del Renacimiento.

Estados italianos, cuna del Barroco:

Al igual que ocurrió con la arquitectura, la cuna de la escultura barroca se encuentra en Italia. Allí, una vez pasado el manierismo, los escultores comenzaron a introducir novedades en sus obras. Entre estos, podemos citar a Stefano Maderno, Pietro Bernini (padre del genio Gian Lorenzo Bernini), Camilo Mariani y Francesco Mochi. Pero el verdadero auge de la escultura barroca se alcanzó con la figura de Bernini.

Gian Lorenzo Bernini:
Al igual que sucedió con Miguel Ángel para el Renacimiento, en el Barroco italiano tenemos que destacar la figura de Gian Lorenzo Bernini por ser el gran artífice de este movimiento artístico. Bernini es el representante más importante de la escultura barroca italiana. Fue un escultor magnífico cuya obra estuvo marcada por las características generales del barroco italiano que se citaron anteriormente. Su trabajo se desarrolló principalmente en la capital, Roma. La habilidad para tallar sobre mármol hizo que fuera considerado un digno sucesor de Miguel Ángel. Poseía una gran habilidad para dotar a sus obras de una cualidad expresiva sin precedentes. Sus composiciones son verdaderas narraciones de momentos de máximo dramatismo, a través de la captación de intensos estados psicológicos.

La escultura barroca española tiene una serie de características propias:

– Predominan los temas religiosos.
– Exaltación del realismo. Para ello utilizan postizos como pelo real, corona real, ojos y lágrimas de cristal, etc. Se llegaron a crear imágenes de vestir, en las que se realizaban con minuciosidad cabeza, manos y pies para vestirlas con ropa real.
– El principal cliente de sus obras fue la Iglesia, y en segundo lugar la Corte.
– Se produce la decadencia de la escultura funeraria.
– Las obras decoran retablos, sillerías de coro y los famosos pasos de Semana Santa.
– Utilizan la madera policromada como material preferido.
– Tuvieron un extraordinario desarrollo la imaginería y los retablos.

Escultura barroca en la Francia de Luis XIV:

De la misma forma que ocurre en la pintura, la escultura francesa sigue los modelos italianos. Esta influencia se vio reforzada con un viaje que el propio Bernini realizó a la corte francesa. La escultura del barroco francés tiene un tono oficial y decorativo, y se encuentra al servicio de la monarquía, enalteciéndola. Es muy abundante la escultura mitológica, vinculada con la visión del rey y de los grandes cortesanos representados casi como personajes divinos.

François Girardon es uno de los escultores más destacados de este tipo de escultura oficial. En su obra Apolo servido por las ninfas (1666-1673) se encuentra bien marcado ese carácter; ya que se trata de un grupo escultórico realizado para ser colocado en el interior de una gruta, en el Palacio de Versalles. En toda su obra vemos una clara inspiración en los modelos clásicos de la antigüedad greco-romana que se conservaban en Roma.

ENLACE IMAGEN:
http://asolascontigo-pilarrubio.blogspot.co.uk/2011/06/escultores-iii-francois-girardon.html (“Apolo servido por las ninfas”)


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