Home » 2010 » febrero

Monthly Archives: febrero 2010

Empieza aquí

febrero 2010
M T W T F S S
1234567
891011121314
15161718192021
22232425262728

Archivos

El ADN de Tutankamón

Leo con estupor en varios periódicos, y también oigo en la radio, que el análisis del ADN de Tutankamón revela que padeció malaria. Me temo que el salto de la prensa científica a la prensa diaria ha provocado uno de los típicos errores cometidos por los periodistas: el titular abreviado con errores.

El ADN no puede contener información de una enfermedad que es infecciosa. Obviamente, mirando en el ADN no podemos saber si sufrimos la gripe o si tuvimos un accidente de coche, puesto que el ADN no cambia debido a este tipo de sucesos. En todo caso, analizando el ADN de la momia podemos encontrar ADN del agente causante de la malaria, Plasmodium falciparum (por favor, periodistas, en cursiva, y fíjense en mayúsculas y minúsculas). Pero ese ADN no pertenece a Tutankamón, sino al agente infeccioso.

Este comentario no dejaría de ser un ejemplo más de las imprecisiones que en numeroso campos científicos podemos encontrar en la prensa. No es nada nuevo y desde luego creo que no tiene solución, a no ser que en las redacciones hubiera expertos de cada uno de los temas científicos y técnicos de las noticias. Pero mi reflexión sobre este hecho va más allá: empieza a parecer normal que creamos que en el ADN está todo, no solo la información genética responsable de posibles enfermedades hereditarias, sino registros de la vida y de la personalidad de los individuos. El ADN es así la nueva panacea del conocimiento, el palimpsepto de nuestros actos. En él podremos encontrar si sufrimos o fuimos felices, nuestra edad de nacimiento o defunción, si estuvimos casados o nos divorciamos, si nos gustaba el chocolate: todo ello parece que reside en el ADN y que he oído en varios medios que puede enocntrarse con un simple análisis de su secuencia en el laboratorio.

Más allá de las relaciones de parentesco que el ADN puede descubrir, parece como si el análisis de esta molécula nos diera la esperanza de conocer la vida de nuestros ancestros. Olvidamos con ello además toda la ciencia forense no basada en el ADN y que puede decirnos mucho más de su vida y de su salud que nuestro querido ácido nucleico.