Inicios
La reina Isabel la Católica, que acababa de casarse, se disponía a defender sus derechos contra los partidarios de Juana la Beltraneja en la Guerra Civil castellana, y le llamó a su lado para que luchara con sus tropas. A partir de entonces, se distinguió en la Corte por su apostura, magnificiencia y generosidad.
Su papel en la Guerra de Granada
Sus cualidades empezaron a ser conocidas durante la Guerra de Granada, en la toma de Loja (ciudad que le confiaron los Reyes Católicos) en 1486, y se distinguió en el sitio de Tájara y en la conquista de Íllora. También tomó parte en las negociaciones con Boabdil para lograr la capitulación de la ciudad. Por eso recibió una ecomienda de la Orden de Santiago, el señorío de Órgiva (provincia de Granada) y determinadas rentas sobre la seda granadina.
En Italia
La primera expedición a Italia
Don Gonzalo era fiel a Isabel I de Castilla. Cuando los Reyes Católicos decidieron ayudar a su pariente Alfonso II de Napolés contra Carlos VIII de Francia, Fernández de Córdoba fue elegido para capitanear la expedición española en Italia.
Don Gonzalo zarpó para Sicilia en 1495. En la Primera Campaña de Italia Fernández de Córdoba muestró sus grandes dotes militares como jefe de un ejército. Con escasas fuerzas y mucha movilidad se hizo con toda la Calabria en 1495. Al año siguiente efectuó una marcha relámpago para acudir al sitio de Atella y ponerse al frente de las fuerzas aliadas de la Santa Liga. En algo más de un mes logró la capitulación del ejército francés, la repatriación a Francia de la mayoría de sus efectivos y la entrega de la mayor parte de las plazas fuertes en su poder. Su éxito tuvo una gran repercusión internacional y se ganó el título de El Gran Capitán y el título de Duque de Santángelo. También entró el triunfador de Napolés y por su ayuda, el Papa Alejandro VI concedió a Fernández de Córdoba la Rosa de Oro. Después de tres años de campaña, en 1498 regresaron a España las tropas españolas, dejando el reino de Nápoles en manos de Don Fadrique III, de la Casa de Aragón (heredó el trono de su tío, Farrente II de Napolés). Volviendo la gente celebraron al Gran Capitán como un héroe nacional.
La segunda expedición a Italia
En 1500 Fernando I de Aragón pactó con Luis XII, rey de Francia, sobre el reparto de Napolés. Desde el principio se produjeron roces entre españoles y franceses por ese motivo, que desembocaron en la reapertura de las hostilidades. La superioridad numérica francesa obligó a Fernánd
ez de Córdoba a utilizar su genio como estratega, concentrándose en la defensa de plazas fuertes a la espera de refuerzos; eso dio lugar a la Segunda Campaña de Italia.
En abril de 1503 Gran Capitán derrotó el ejército francés en la batalla de Ceriñola, así el ejército español se hizo dueño de todo el reino napolitanio. En diciembre del mismo año el ejército de don Gonzalo venció de nuevo en la batalla de Garellano. Los franceses tuvieron que entregar la plaza de Gaeta y dejar el terreno libre a los españoles.
Finalizada la guerra gracias al tratado de paz entre Francia y Espańa del 11 de febrero de 1504, Nápoles pasó a la corona de España. Fernández de Córdoba gobernó como virrey en Nápoles durante cuatro años.
Fuentes: