El clero alicantino en el siglo XVIII

Sobre el clero tenemos poca información puramente sociológica no obstante tenemos para el computo de efectivos el censo de Floridablanca que aporta datos pero son poco precisos. Mas datos y mas detallados tenemos del interrogatorio de 1802 según el cual el número de eclesiásticos seculares seria de 56 mientras que el de individuos de comunidades religiosas seria de 146 y el de monjas de 117.

Para el culto divino disponía de la Iglesia Colegial de San Nicolás con su respectiva parroquia, la parroquia de Santa María, una ayuda de parroquia en el arrabal de San Antón a extramuros de la ciudad, 9 conventos y 5 hospicios. Pero es importante remarcar que el obispo no residía en Alicante ya que la sede episcopal se encontraba en Orihuela.

En cuanto al clero secular en la Colegial tenían asignadas 13 canonjías y existían 4 hebdomadarios. Cierran este grupo 34 clérigos, además de otros 12 ordenados in sacris a titulo de capellanías y patrimonios, 19 numerales ordenados a titulo de plazas, 3 tonsurados, 7 sacristanes, 3 acólitos, 7 infantillos y 3 ermitaños.

Para el clero regular tenemos los datos de 1802 en el cual figuran los seis conventos masculinos que eran los franciscanos, los dominicos, los agustinos, los carmelitas, los capuchinos y los religiosos de San Juan de Dios cuyo número era de 46, 20, 18, 27, 25 y 10 respectivamente. Pero en estos datos no se habla de una orden muy destacada por que evidentemente ya habían sido expulsados, se trata de la Compañía de Jesús. Tenían numerosas propiedades rusticas y urbanas así como muchas rentas gracias a donaciones y al apoyo de los poderes públicos y no solo gozaban de un importante patrimonio también una gran importancia social.

Las comunidades femeninas eran tres, 45 capuchinas bajo jurisdicción del obispo, 75 clarisas sujetas a su propia religión y 26 agustinas calzadas también bajo dependencia del obispo.

Sabemos poco acerca de la extracción social del clero alicantino pero podemos afirmar que era una vía de ascenso social y en su jerarquización podemos ver un claro ejemplo de cómo era la estructura social general. Por un lado tenemos al clero regular formado en buena parte por gente de baja extracción mientras que por otro lado las altas jerarquías eclesiásticas se nutrían de estratos sociales altos.

También dentro de este grupo estaban los empleados del santo oficio que eran nueve, dependientes del tribunal de Murcia. Se trata de un comisario, un notario, un alguacil mayor, un patrón del Bote, dos revisores, dos familiares y un tesorero.

Tenían una importancia muy grande en terrenos como el asistencial o el docente. Concretando más en el campo asistencial tenemos ejemplos como el del hospital de San Juan de Dios el cual estaba mantenido por religiosos con la obligación de reservar algunas camas para los pobres y que estaba asistido por turnos de meses por los tres médicos y los dos cirujanos titulares asalariados por la ciudad. Otro ejemplo es la Casa de Misericordia concebido como albergue para los mendicantes pero que servia también como residencia al obispo, hostal de peregrinos, alojamientos de amancebadas y depósito de jóvenes casaderas.

En el campo docente de las dos escuelas de latinidad que se conocen para 1802 una de ellas estaba a cargo de los dominicos con un maestro y 39 discípulos. A pesar de no contar con una universidad se estudiaba la Filosofía en el convento de los dominicos el cual mantenía una cátedra a cargo de un lector asalariado por la ciudad el cual en 1802 tenía tan solo cuatro discípulos.


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