Tras la muerte sin descendencia de Carlos II el 1 de noviembre de 1700 la Corona de España fue pretendida por el nieto de Luis XIV de Francia, Felipe de Anjou y por el Archiduque Carlos de Austria. De esta forma se consolidan dos bloques enfrentados por la Corona de España, estallando así la Guerra de Sucesión (1701 – 1713).
El 14 de diciembre de 1705 se reunieron en Castalla los diferentes representantes de la Hoya de Castalla: Ibi, Tibi, Onil, Bañeres, Petrel y Monovar. Fue una reunión ante el notario Don Salvador Rico, quien tomó nota de la decisión unánime de apoyar, prestar servicio y dar la vida por Felipe de Anjou, el pretendiente francés al trono.
Pero en marzo de 1707 un contingente de tropas inglesas, partidarias del Archiduque Carlos, desembarcan en Alicante y ponen rumbo a Castalla. Al llegar a la villa mandaron un destacamento para informar de si serían recibidos o rechazados. Don Raimundo Morant, Francisco Rico y Tomás Rico serán los encargados de comunicar al destacamento inglés de que serán bien recibidos. De esta forma, el regimiento austracista se dividió por la Hoya de Castalla y se alojó a su voluntad.
A partir de este momento los vecinos de Castalla hablan de los múltiples agravios cometidos por los ingleses. Tomaron todas las armas y comestibles sin pagar el valor acordado, prohibieron bajo pena de muerte no entregar todas las armas y los comestibles a las tropas. Ordenaron cortar todos los árboles de la zona para abastecer de leña a los ingleses y hubo que mandar los caballos fuera de la villa para evitar que también se los llevasen los ingleses.
Hasta el 6 de Abril de 1707 permanecieron los ingleses en Castalla, tras lo cual partieron hacia Alcoy, portando varios rehenes. Este mismo día entraba en Castalla el capitán Vallejo, quien se encargó de hacer frente a los ingleses que aún permanecían en la villa y tomando varios prisioneros. Cabe destacar el papel de Castalla ya que junto a Peñíscola, constituyen un fuerte bloque de apoyo a Felipe y oposición al Archiduque.
Posteriormente, la mañana del 25 de abril de 1707 tiene lugar en Almansa la batalla más decisiva, una batalla cruenta que asestará una estocada mortal a la causa austracista, encumbrando a las tropas borbónicas con una victoria decisiva.
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