Relación mudéjares-autoridades cristianas. Conversión y expulsión

En las cortes generales reunidas en Monzón en el año 1510 Fernando II se comprometería a que los musulmanes pudieran mantener su particularidad religiosa. Carlos I, nieto del anterior, haría todo lo contrario en 1524 con la bula Id circo nostris por la cual disponía a la conversión general de los moriscos.

Ante la amenaza de una posible salida de estos moriscos, la virreina Germana de Foix en 1525 dirigió una carta tanto a ciudades, villas, duques, marqueses y condes para que evitasen la salida de los mudéjares de sus territorios.

Todo esto provocó una serie de revueltas de los mudéjares en la comarca, destacando las de la zona de la Marina donde llegaron a vencer a las tropas de Segorbe.

Sin embargo, la conquista de la zona propició la huida de 120 familias de moriscos y para evitar más, se preparó una milicia en Alcoi para vigilar las costas.

A pesar de esta conversión forzosa, los moriscos siguieron manteniendo su lengua, costumbres, vestimentas, fiestas… Se consiguió además un acuerdo con la Santa Inquisición en 1528 por el que estaba permitido por 40 años toda esta cultura árabe.

A pesar de la presión del Estado y la Iglesia sobre los moriscos, éstos siguieron manteniendo su lengua.
A pesar de la presión del Estado y la Iglesia sobre los moriscos, éstos siguieron manteniendo su lengua.

Pero pronto el tema de la lengua supondrá un problema para las autoridades del reino de Valencia que exigían una conversión total y por tanto la asimilación de la lengua castellana o valenciana en un período de diez años.

Los mudéjares utilizaban la algarabía, que era una modalidad del árabe vulgar y alejado del coránico. Aquí los alfaquíes jugarán un papel fundamental ya que serán las instituciones dentro de las aljamas que mantengan la lengua coránica y las costumbres árabes.

La publicación en 1566 de la Doctrina Cristiana por el arzobispo Martín de Ayala supuso un último intento de conversión pacífica de los moriscos.
La publicación en 1566 de la Doctrina Cristiana por el arzobispo Martín de Ayala supuso un último intento de conversión pacífica de los moriscos.

En los años siguientes, todas estas costumbres, lenguas y tradiciones se siguieron manteniendo de igual forma. Un caso curioso es el de Benilloba donde hasta incluso se practicaba la circuncisión.

La iglesia aumentará la presión catequizadora con la construcción de parroquias en lugares de moriscos. Pero los señores tendrán escaso interés en la catequización de sus vasallos puesto que hacía ahuyentar de la comarca. Contrastado el fracaso, en 1563 el Santo Oficio conseguiría que se decretase el desarme general de moriscos de todo el reino.

En 1565 sabemos de un señor de la alquería de Beniasmet, cerca de Cocentaina, Antonio Rotlà que en cumplimiento del mandato del Santo Oficio de Xàtiva urgía a todos los mudéjares de la zona a que abandonaran su lengua, costumbres y ritos bajo pena de 200 libras.


Posted

in

by

Comments

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *