Señorío de Castalla

En el año 1362, Don Pedro IV de Aragón hizo donación de Castalla a Don Ramón de Vilanova.

Los Vilanova descienden de la casa del Marqués de Traus en Francia. Entraron en España cuando la reconquista de Cataluña. Como ya hemos mencionado, es en el año 1362 cuando Don Ramón de Vilanova recibe el Señorío de Castalla y tras contraer matrimonio con Doña María Ladrón, Señora de Manzanera, será su hijo Don Pedro Ladrón de Vilanova otro de los señores de Castalla, quedando sus descendientes con este apellido de Ladrón.

Sucedieron en el Señorío de Castalla: Don Ramón Ladrón, hijo de los anteriores, Don Baltasar, cuarto hijo de éste fruto de su matrimonio con Doña Elvira de Pallás y que le correspondía la baronía de Castalla. Hijo de Don Baltasar fue Don Ramón Ladrón, que se llamó de Castalla y se casó con Doña Luis Vich, de cuyo matrimonio nació Don Baltasar Ladrón de Vilanova. Este contrajo matrimonio con Doña Francisca de Mendoza, hija del Marqués de Mondéjar, y tuvieron por hijo a Don Pedro Ladrón de Vilanova y Maza de Lizana, marqués de Terranova y primer duque de Mandas, llamado también Don Pedro Maza Ladrón.

Fotografía  panorámica de Castalla a inicios del XIX.
Fotografía panorámica de Castalla a mediados del XX.

Este último realizará junto con su madre, Doña Francisca de Mendoza, la construcción de la Iglesia Parroquial de Castalla.

Sucedió a Don Pedro Maza su primo Don Juan Hurtado de Mendoza y de Ladrón, Duque del Infantado, que poseyó la baronía de Castalla hasta su muerte ocurrida el 1 de Agosto de 1624, heredándola su hija Ana de Mendoza, casada con el duque de Béjar Don Francisco Diego López de Zúñiga y Sotomayor.

Continuaron los duques de Béjar en el señorío de Castalla hasta que con motivo del pleito suscitado entre el conde de Peralada y Albatera, y el duque de Béjar, Don Juan Manuel Diego López de Zúñiga, sobre la sucesión de mayorazgos, estados y baronías de Maza y Ladrón, sitos en los reinos de Valencia y Cerdeña, se otorgó transacción entre los nombrados señores, en 30 de diciembre de 1723, por la que convinieron que Don Guillem Manuel de Rocafull, conde de Peralada y Albatera poseyese los mayorazgos y baronías del reino de Valencia, entre las que se encontraban Castalla, y en el poder de Don Juan Manuel Diego López de Zúñiga, quedasen el ducado de Mandas y demás bienes sitos en el reino de Cerdeña, por cuya transacción entraron a poseer esta baronía los condes de Albatera y Peralada.

Ultimamente han sido señores de Castalla los marqueses de Dos Aguas, siendo el primero Don Ginés Rabassa de Perellós y Lanuza que heredó la Baronía en virtud del testamento otorgado por el último conde de Albatera y Peralada en 24 de diciembre de 1726, por el que se declaró sucesor de todos sus bienes, al marqués de Dos Aguas, su sobrino, cuya sucesión tuvo lugar en el año 1729 en que falleció el conde de Albatera y Peralada.

Fotografía de la casa del Marqués de Dos Aguas, Señor de Castalla.
Fotografía de la casa del Marqués de Dos Aguas, Señor de Castalla.

Casi todos los señores de esta baronía tuvieron predilección por Castalla y habitaron en esta población la mayor parte del año. En la que es hoy día Ermita de la Sangre construyeron al pie del altar mayor una sepultura para sí y sus sucesores, y junto a la misma Iglesia edificaron un palacio y en él, una celosía o tribuna que daba al templo para asistir a las funciones religiosas. Aún se aprecian algunos restos de los cimientos del palacio, que nos indican su emplazamiento, en la parte Noroeste de la Ermita.

Los últimos señores que fueron enterrados en la sepultura de la Ermita, fueron los de Doña Luisa Vich, esposa de Don Ramón Ladrón y Don Baltasar Ladrón hijo de estos. Los restos de Doña Luisa Vich y Don Ramón tendrían que ser trasladados a Castalla al haber fallecido en Valencia y Mogente respectivamente.

Además del palacio de Castalla, Don Ramón Ladrón edificó también el palacio de Onil porque, cuando el rey Don Pedro IV de Aragón le dio el feudo de Castalla, le hizo prometer que compraría el lugar de Onil, lo destruiría y sus vecinos se trasladarían a Castalla., promesa que no cumplió.

Representación de la villa de Castalla.
Representación de la villa de Castalla.

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