En primer lugar, se tiene constancia que en la zona de la Plana, había una entidad musulmana nombrada Fadrell, que abarcaba un territorio entre la actual Castellón y Almazora. Este asentamiento era estratégico, pues se localizaba próximo al mar, y al mismo tiempo aprovechaba la planicie del terreno para poder tener una mejor vista de alrededor.
Los habitantes de la zona, aunque pertenecían al emir gobernante, eran tributarios al Reino de Aragón. Pero poco tiempo después, tras aceptar la rendición, cae el castillo a favor de Jaume I el Conqueridor, en 1233. Esto no es más que la rápida sustitución de las autoridades, por lo que no hubo cambios significativos.
Eso sí, a causa de la sublevación de Al-Azraq en 1247, provoca la decisión del rey de la expulsión en masa de todos los moros. Su mayor consecuencia será la falta poblacional, que sólo podría resolverse mediante una masiva ola repobladora. Diferentes gentes de los Prineos irán descendiendo y asentándose, gracias a las donaciones otorgadas por el monarca. Esto se verá reflejado en el Llibre de Repartiment.
A lo largo de los años 1248-1250 irán produciéndose las donaciones de casas, las primeras dadas en la alquería de Benirabe, que irá adquiriendo importancia, mientras que el castro de la Magdalena iría reduciéndose.
Finalmente, mediante carta puebla, se concede el permiso real de trasladar la villa al llano. El lugarteniente Ximén Pérez de Arenós será el indicado para realizar dicha tarea. La zona escogida para el futuro emplazamiento de la villa de Castellón ha sido debatida, pero sabemos, gracias al historiador Betí, que se ubicaría en la alquería de Benirabe. Esto será corroborado con un volumen de un pleito, en el que se cuestionaban los límites entre Castellón y Borriol. Aquí se cita un fragmento de dicho volumen:
…que de les dites affrontacions en vers Castelló, lo qual havia nom Benirabe, e en vers Fadrell e altres logars tenen e poseexen injustament los de Castelló.
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