La sublevación sarracena capitaneada por Alhazarc, que en varios aspectos iba a afectar al desarrollo político del reino, decide a Don Jaume, a finales de 1247 o principios de 1248, a decretar la expulsión en masa de todos los moros. La medida planteaba un doble problema, pues si por una parte iba a encontrar firme oposición de los señores afectados en sus territorios poblados por moros, por otro lado originaba una seria crisis demográfica cuya solución en definitiva supone un profundo cambio en la estructura social y económica que el simple hecho del dominio militar no había ni siquiera insinuado. La retirada de los moros a la sierra de Espadán y el consiguiente abandono de las tierra produjo un vacio demográfico que era necesario llenar.
Favorecida por el estímulo real se empieza a producir entonces una corriente repobladora de la Plana con gentes cristanas procedentes del Pallars y otros lugares del Pirineo, de Aragón y Cataluña. A este momento corresponden las donaciones hechas por Don Jaume y contenida en “Llibre del Repartiment”. Al mismo tiempo los pobladores del castillo, al igual que los recien llegados, atraídos por la fertilidad de las tierras llanas y favorecidos por el alejamiento de la línea fronteriza, comienzan a descender al llano. Entre el 26 de Marzo de 1249 y el 5 de Enero de 1250 tiene lugar las donaciones, aunque es facil presumir que la repoblación comenzó con anterioridad.*
*Framento sacado del capítulo 4º, pág 13 de “castellón de la Plana en la Baja edad Media”, José Sanchez Adell,
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