Durante la edad media hubo en Castellón dos comunidades numericamente minnoritarias. La de los Judíos y Musulmanes. Que respectivamente se van a organizar conformando Aljamas regidas por ellos mismos. La aljama hebrea tuvo entre 17 y 20 hogares o unidades familiares. Por otro lado la musulmana era algo más grande pues tenía entre 30 y 48 de estas unidades familiares. El porcentaje de estas dos comunidades dentro de la villa de Castellón mayoritariamente cristiana oscila entre el 2 y 3% para los Judíos y el 4 y el 10% para los musulmanes.
¿Cómo fue entonces posible su supervivencia como comunidad dentro de un lugar regido por los cristianos?
Pues los elementos que van a soportar su supervivencia fueron varios. Los principales serían residir en calles o barrios propios, que no estaban separados por un muro pero sí perfectamente delimitas.
La judería estaba situada en la actual calle de Caballeros y calles adyacentes y la morería en el actual tramo norte de la calle Allaza.
Ambas comunidades poseían un lugar de culto religioso; la sinagoga y la mezquita (actual iglesia de san Nicolás) respectivamente.
Estos sitios no eran solo lugar de practicas religiosas sino lugares de reunión y cohesión comunal, donde tomar decisiones que preocupasen a la comunidad. Ya que estaban excluidos del Consell cristiano. Para regir estos lugares de culto y reunión ambas comunidades contaban con dos figuras importantes. La del rabino para los judíos y la del alfaquí los musulmanes.
Otro elemento fundamental para el mantenimiento de la cohesión era la lengua como expresión distintiva y religiosa.
Así conservaron su cultura durante toda la baja edad media, y solo con la expulsión se pudo lograr aquello en lo que siempre fracasó la evangelización.
Deja un comentario