La Guerra de Sucesión Española (1701-1713) fue un conflicto de alcance internacional que se inició tras el fallecimiento, sin descendencia, de Carlos II de España, último representante de la Casa de Habsburgo, y que finalizó tras el Tratado de Utrecht de 1713, que tuvo como principal consecuencia la instauración de la Casa de Borbón en el reino español.
Si el conflicto se desenrolló fuera de nuestras fronteras fue consecuencia de las aspiraciones de algunos países, como Francia y el Sacro Imperio Germánico, de hacer posesión del territorio español aludiendo derechos de sucesión y del temor de otras, véase Inglaterra o los Países Bajos, a que emergiese una nueva potencia hegemónica resultado de la política pretendida por la Casa de Borbón y de Habsburgo.
A nivel nacional, sin embargo, la Guerra de Sucesión evolucionó hasta convertirse en una guerra civil entre borbónicos, cuyo principal apoyo lo encontraron en la Corona de Castilla, y austracistas, mayoritarios en la Corona de Aragón.
Pues bien, toda guerra civil implica trágicos episodios de represión y exilio. Fueron muchos los casos de magistrados, nobles titulados, caballeros, particulares y eclesiásticos que abandonaron, bien por apoyar al Borbón Felipe V o bien por apoyar al Archiduque Carlos de Austria, el Reino de Valencia.
En esta entrada queremos resaltar la marcha forzosa de un dianense que logró huir a Castilla gracias a sus años de trabajo en la administración de la Corona de Aragón. Hablamos de don Juan Bautista Bordes. Juan Bautista Bordes nació en Denia pasada la segunda mitad del siglo XVII. Desde muy pronto comenzó a trabajar en el funcionariado administrativo del Reino de Valencia accediendo al cargo de administrador de las Rentas Reales de Denia en 1696.
Sin embargo, con el inicio de la Guerra de Sucesión Española, se posicionó a favor de Felipe V en un territorio de claro color austracista. Es por esta razón que los partidarios del Archiduque Carlos, aludiendo a su puesto como administrador de las Rentas Reales, “le saquearon su casa y talaron sus campos”. Juan Bautista Bordes se vio entonces en una situación desesperada, sin medios para su subsistencia y la de su familia y en condiciones de miseria y necesidad. Ante este dramático escenario, el dianense optó por huir de su ciudad natal dirección a Valencia donde tenía la esperanza de que el Consejo de Aragón considerase sus años de trabajo en la administración de Denia. Es por esta razón por la que pretendió una de las cuatro coadjutorías de mestre racional en octubre de 1706, que sin embargo, se le denegó. La última salida fue la de dejar el Reino de Valencia y marchar a Castilla donde sí consiguió un nuevo puesto administrativo, aunque eso sí, tras dejar en Valencia, y a escondidas, a su hija y sus dos hermanas en un convento.
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