Esta mañana he aprovechado la festividad del día de Todos los Santos para hacer una primera visita de reconocimiento al Casco Histórico de Villajoyosa y tomar contacto de primera mano con su patrimonio inmueble. Si bien la documentación y la bibliografía me acercan al conocimiento de su historia, creo que también es importante experimentar el objeto de estudio en el presente, es decir, visitar la ciudad. Independientemente, quiero compartir mi visita para los que tengan algún interés en visitar la ciudad algún día.
A eso de las 10 de la mañana hemos llegado junto al puente que cruza el río Amadorio. La razón es que quería ver el lienzo de muralla que todavía se conserva para después visitar el Casco Histórico, que queda al otro lado del río. Esta es la primera foto que he tomado:
Desde nuestra posición, hay un mirador y un panel informativo en tres idiomas que explica de forma breve la panorámica. Sobre las murallas de poniente sorprenden la policromía de las Casas Colgantes, símbolo de la ciudad e imagen típica que identifica la ciudad moderna y turística del siglo XXI. Estas casas se adosan sobre la muralla de poniente, junto al cauce del río.
Tras contemplar y tomar algunas fotos hemos caminado hasta el casco histórico, tomando por el carrer Major (calle Mayor), que era en origen la calle central de la puebla donde antes estaba el Portal, que era la puerta principal de la muralla y que fue destruida a comienzos del siglo XIX.
Como no podía ser de otra manera, sus calles son estrechas y en pendiente, algo totalmente lógico, ya que la ciudad se levantó amoldándose al cerro y de acuerdo al número de pobladores que podían habitar. Las casas son de dos o tres plantas, con fachadas estrechas de 5 o 6 metros
Tras caminar unos pocos pasos, hemos doblado a la izquierda hacia la plaza Castelar, una plaza cuadrada, que popularmente se llamaba plaza de la Farina, por ser el lugar donde se vendía la harina. A continuación hemos entrado en la la Plaza de la Iglesia, casi sin darnos cuenta, que antiguamente era el corazón de la Villa, por ser un lugar de reunión donde se celebraban los actos festivos religiosos.
En la fachada de la Iglesia he podido reconocer algunas inscripciones, asì como pinturas bajo los aleros y ventanas. La portada de la Iglesia, como he comentado en otro post (Ver Edificios Emblemáticos II) es de estilo bárroco clásico.
No hemos podido visitarla por dentro ya que estaba cerrada, quizás por ser un día festivo, así que hemos continuado nuestro camino callejeando y siguiendo la Calle Mayor hacia la playa. Mientras caminábamos íbamos disfrutado del silencio al estar el casco antiguo ajeno al bullicio de la ciudad moderna. Escuchábamos nuestras voces, nuestros pasos, mientras contemplábamos los balcones, las fachadas de las casas de colores, las antiguas aldabas (elementos de metal para llamar a la puerta), los portales, etc… La atmósfera te lleva a imaginar inconscientemente al pregonero emitiendo bandos y pregones por sus calles. A unos frailes saliendo de la Iglesia…
Al dirigirnos hacia la zona suroeste nos hemos topado con el parque del Castell, inagurado en el 2010, donde hemos visto toda una una serie de paneles interpretativos que explican en diversos idiomas, con dibujos y fotografías cómo era el castillo medieval antes de ser destruido, así como otros elementos históricos. El parque, además, cuenta con una maqueta tocable de bronce, que representa el casco antiguo tal como debió ser hacia 1610, también hay un pequeño mapa táctil que permite conocer sus elementos más destacados.
Al compararlo con nuestra visita y con mis escasos conocimientos me doy cuenta de todos aquellos lugares que ya no existen, como el Portalet, el baluarte del lienzo sur de la muralla, el castillo medieval, las torres de la puerta del Portal… Lugares que han desaparecido para siempre y de los que sólo nos queda unas pocas páginas de los cronistas del siglo XVI, y bueno… la mencionada maqueta.
Como todo no podía ser todo perfecto, me encuentro con un panel interpretativo, muy deteriorado que ha perdido su sentido al perder el plano que explicaba la panorámica, aunque si puede leerse el texto como podéis ver en la fotografía.
Continuando nuestro paseo calle abajo, hemos terminado saliendo a la Plaza de San Pedro, ya junto a la playa; un parque bordeado de palmeras y donde hay una llamativa fuente que fue restaurada en el 2010 y declarada Bien de Relevancia Local. No encuentro ningún panel explicativo, pero por la bibliografía me consta que es del siglo XVIII. Actualmente no tiene agua, pero en origen servía como lavadero público y para suministrar agua potable a los vecinos, que la transportaban en cántaros hasta sus casas.
A continuación me he acercado a la playa para tomar desde allí una panorámica del Casco Antiguo. En este lugar se celebran todos los años el famoso “Desembarco” en las fiestas de Moros y Cristianos, patrimonio inmaterial de Villajoyosa, y antiguamente había unos importantes astilleros que desde el siglo XV hasta comienzos del XX estuvieron funcionando.
Me ha llamado la atención la policromía de las casas que según parece servía para que los marineros distinguieran sus casas desde el barco, aunque quizás solo era una manera de distinguir las viviendas de los vecinos, una típica tradición del Mediterráneo. En la fotografía se puede ver entre las coloridas casas la parte superior de la torre de la Iglesia .
Hemos concluido nuestra visita subiendo por la calle Costera del Mar, donde se alzan las muralla renacentistas construidas por orden de Felipe II, bajo la dirección de los ingenieros militares Cervelló y Aldana, que fueron construidas sobre las antiguas murallas medievales del siglo XIV.
Aprovecho para terminar, recomendando la visitar de este lugar, ya que puede hacerse fácilmente en media mañana, aunque para los más exigentes aconsejo alguno de los manuales que explican mejor cada parte de la ciudad o visitarlo a través de guías turísticos que trabajan para el Ayuntamiento de Villajoyosa. Así mismo, espero que este post sirva de información para aquellas personas que no conocen el Casco Histórico de Villajoyosa.