Las tierras de Elda y Petrer experimentan la primera toma de contacto con el mundo musulmán en el siglo VIII, fecha en la que Teodomiro realiza un pacto (Pacto de Tudmir), con Abd al-Aziz ibn Musa por el cual reconoce la soberanía del Califa de Damasco y se compromete a representarlo en lo civil y económico ante siete ciudades por lo que todo este territorio pasa a manos de jurisdicción musulmana convirtiéndose en la Kora de Tudmir.[1] A partir de este momento y a lo largo de cinco siglos los musulmanes ocuparán este territorio transformando progresivamente su población y su entorno. En el siglo XI con la desaparición de la Kora y la formación de las Taifas, Petrer y Elda quedarán circunscritas a la Taifa de Denia. A partir del siglo XII comenzarán a llegar tropas norteafricanas de almohades y almorávides que se asentarán en el territorio consolidando las comunidades islámicas de Elda y Petrer hasta mediados del siglo XIII en que fueron conquistadas las poblaciones por Alfonso X “el Sabio”. [2]
Es a partir de este momento que comienza la historia cristiana de ambas villas. Desde el último cuarto del siglo XII los reinos de Castilla y Aragón habían firmado el Pacto de Cazorla (1179) para fijar el reparto de las tierras a conquistar y la frontera de sus reinos. La derrota de los musulmanes en la Batalla de las Navas de Tolosa (1212) provocó además la inestabilidad entre los reinos musulmanes y sus gobernantes por lo que muchos de ellos pactaron con las tropas cristianas para defenderse de sus propios vecinos musulmanes. En este contexto el gobernador de Murcia, a cuya demarcación pertenecían estos territorios realizó un pacto con el infante Alfonso de Castilla (Pacto de Alcaraz, 1243) y un año más tarde se firmó el Tratado de Almizra por el que Jaime I de Aragón y Fernando III de Castilla fijaban las fronteras entre los dos reinos lo que resultó para nuestras tierras quedar bajo jurisdicción castellana concediéndose el castillo de Petrer a Jofré de Loaysa. Sin embargo a pesar de la conquista cristiana gran parte de la población de estos territorios era musulmana por lo que se armaron revueltas que fueron sofocadas por Jaime I a quien se envió para pacificar. Una vez pacificado el reino, los territorios fueron devueltos al rey castellano, pero a pesar de ello a finales del siglo XIII Jaime II de Aragón reclamó el territorio que se encontraba entre las tierras meridionales alicantinas y la vega murciana a la corona castellana en un momento de enfrentamientos entre Sancho IV y los Infantes de la Cerda, siéndole concedido tras la sentencia de Torrellas (1304) y el Pacto de Elche (1305). La frontera se fijó en Orihuela quedando bajo el régimen jurídico del Reino de Valencia. [3]
Jaime II en la primera mitad del siglo XIV cedió la tenencia del castillo a Juan García de Loaysa. Este fue un siglo de penurias y calamidades, motivadas por diversos factores: los conflictos entre los dos reinos al encontrarse nuestro territorio en tierras fronterizas, la guerra de los dos Pedros, malas cosechas y epidemias que llevaron a una grave crisis económica y una fuerte despoblación. Durante todo el siglo XIV la familia Loaysa mantuvo la posesión del castillo, sin embargo por falta de descendencia directa de Leonor de Loaysa y la desaparición de este linaje las posesiones debieron ser vendidas.[4]
A partir del siglo XV y en el pésimo estado en que se encontraba el territorio fue comprado por Ximén Pérez de Corella, cuya familia se erigiría más tarde como condes de Cocentaina y se convertiría en una de las más importantes e influyentes del reino de Valencia. [5]
A medida que avanzaba el siglo XV la familia Corella fue perdiendo influencia en el territorio y sobre todo poder económico por lo que el sucesor de Ximén Perez de Corella, Juan Roiç se vio obligado a arrendar parte de los territorios de sus posesiones a un grupo de caballeros valencianos, actuación que no consiguió solucionar los problemas financieros de la familia por lo que debió vender finalmente el señorío, firmando un precontrato de venta de la baronía de Elda donde se incluían Elda, Petrer y Salinas a la familia Coloma, quienes tomarían posesión del señorío durante los siguientes siglos. [6]
[1] BERNABÉ PONS, Luis F. Los musulmanes en las tierras de Elda, I. Elda Islámica. En: Historia de Elda. Elda, Ayuntamiento de Elda: Caja de Ahorros del Mediterráneo, Tomo I, 2006, pp 119-127. ISBN: 84-87962-21-1
[2] AGULLÓ MARCOS, Irina; PEIDRO BLANES, Jesús. Los musulmanes en las tierras de Elda, II, Islamización del territorio. En: Historia de Elda. Elda, Ayuntamiento de Elda: Caja de Ahorros del Mediterráneo, Tomo I, 2006, pp 128-140. ISBN: 84-87962-21-1
[3] CABEZUELO PLIEGO, José V. Elda medieval. El dominio cristiano. En: Historia de Elda. Elda, Ayuntamiento de Elda: Caja de Ahorros del Mediterráneo, Tomo I, 2006, pp 141-156. ISBN: 84-87962-21-1
[4] CABEZUELO PLIEGO, José V. Ref. 3
[5] CABEZUELO PLIEGO, José V. Ref. 3
[6] CABEZUELO PLIEGO, José V. Ref. 3