Las poblaciones de Elda y Petrer se ubican en el Valle de Elda, en el Medio Vinalopó.
Se trata de un territorio donde encontramos ocupación humana desde el Neolítico (5000/4700 a.C.) en la zona del Chorrillo-Chopo. Hacia el 3500-2500 a.C. se produce el afianzamiento de las comunidades campesinas, prueba de ello es el yacimiento de El Monastil, cuya primera fase pertenece a esta época. Este yacimiento continúa ocupado en el 2500-2100 a.C., momento de las primeras actividades metalúrgicas, al igual que la Cueva del Hacha. Durante la Edad del Bronce (2100-1100 a.C.) encontramos mayor número de asentamientos en el Valle de Elda, entre los que destacan Catí-Foradá, Peñón del Trinitario en el monte Bolón y, de nuevo, El Monastil.
El Monastil continúa ocupado en época ibérica y posteriormente en época romana junto a otros núcleos de población (Hoya de Caprala, Agualejas, Villa Petraria, etc.).
Será en época islámica cuando se originen los actuales núcleos urbanos de Elda y Petrer. A partir de este momento, y durante toda la etapa feudal, se configurará el urbanismo propio de estas poblaciones, el cual todavía hoy puede observarse a simple vista a través del emblema más significativo del mundo medieval: la figura de los castillos, hitos paisajísticos de nuestras tierras.
Sin embargo, no será hasta época moderna cuando se produzca un mayor desarrollo de estas poblaciones. Es precisamente esta etapa histórica a la que pretendemos acercaros a través de este blog, ¡disfrutad del viaje!