Felipe III (1598-1621), en este momento lo más destacado es la expulsión de los moriscos del año 1609, que son conducidos a los puertos de Alicante, Denia y Valencia, donde se les embarca. El 50% de la población valenciana eran los cristianos, su expulsión llevó a la ruina a la región. Los monfortinos contribuyeron a la posterior repoblación de las zonas despobladas como fue el caso de Aspe y Novelda, con mayoría de población morisca.
Con Felipe IV (1621-1665) cabe señalar apenas, la celebración por primera vez de la Romería de San Pascual, así como la celebración, no por primera vez de la “festa del Corpus) y de “San Jaume”, donde curiosamente era pagada por el Consell, se utilizaba pólvora y se daba un donativo al Convento de Orito, en 1637.
Lo más destacado es una carta mandada por Felipe IV a Monfort, en agradecimiento por haber mandado soldados a la guerra contra Navarra ya que pretendía separarse de España.
También en 1662 se instaura en España el culto a la Inmaculada Concepción, ya que el rey lo ha solicitado al Papa Alejandro VII, éste lo ha concedido y Alicante es la segunda ciudada española en rendirle culto, como Monfort pertenece al término de Alicante, es probable que por estas fechas tomara como patrona a la Inmaculada Concepción, dicho en monfortino, a la Purísima.
Carlos II (1665-1700), el dato más sobresaliente es la canonización de San Pascual Baylón, y la celebración de las fiestas de Moros y Cristianos en Alicante. Este rey muere sin descendencia, lo que lleva a que surjan pretendientes a la Corona Española, produciéndose la guerra de Sucesión al trono español entre el Archiduque Carlos (Austria) y Felipe de Anjou (Borbón), los monfortinos se decantan en esta ocasión por la candidatura borbónica, que es la triunfadora, por ello en premio de gratitud, el nuevo rey Felipe V, le concede una serie de beneficios.