La población que he escogido para la elaboración del blog es Morella, una localidad ubicada en el norte de la provincia de Castellón, capital de la comarca de Els Ports, limítrofe con las provincias de Teruel y Tarragona. El municipio de Morella es el de mayor población de los trece que componen la comarca (414 km2), y cuenta con unos 3.000 habitantes, según datos del INE de 2012.
El paisaje de la comarca donde se asienta Morella es muy montañoso, formado por grandes muelas separadas por hondas quebradas labradas por la erosión de los ríos y ramblas que la drenan, que dibujan un relieve muy complicado, con una elevada altitud media (cercana a los 1.000 metros), un tanto “desordenado y con las sierras sin una orientación homogénea.
Tal relieve lo definió Pío Baroja en su novela La Venta de Mirambel: “La comarca entre Mirambel y Morella es árida,aspera, desolada, erizada de colinas yermas. Hay grandes cerros de piedra caliza, formaciones de moles rojas y amarillentas como ruinas de inmensos castillos y palacios, de ciudadelas de cíclopes o de gigantes, que a veces fingen detalles que parecen por un momento de construcción humana.”
Ello incide en su clima, continental, con inviernos fríos y secos (en ocasiones con copiosas nevadas) y veranos calurosos. Este clima ha provocado históricamente un problema hídrico endémico en la zona: los ríos siempre llevan caudales mínimos, que dificultaba mucho el desarrollo de la ganadería y la agricultura (pobre, con algunos cereales, aunque a pesar de esto a Morella se la bautizó en tiempos pasados como el granero de Castellón).
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