Universidad de Orihuela. Fundación

Puerta de la Universidad

Fue una de las primeras universidades de España y la segunda más antigua del Reino de Valencia. Desde su fundación, a mediados del siglo XVI, tuvo una gran relevancia en el ámbito cultural del reino. Dicha relevancia le llevo a conseguir el prestigio de universidades tan reconocidas como la de Salamanca o Alcalá de Henares. Incluso llegó a impartir las carreras de Medicina, Derecho y Filosofía, hasta vísperas de su extinción, suprimiéndose finalmente en 1807.

El responsable de este ambicioso proyecto fue el obispo de Lérida, Fernando de Loazes, que en 1546 tomo la iniciativa de fundar una universidad en su ciudad natal, Orihuela.  Este complicado y largo proceso fundacional fue consecuencia de la “revolución educativa” que Europa estaba viviendo entre 1500-1620. Para llevar a cabo dicho proyecto el obispo administró parte de su fortuna en el humilde convento domínico Nuestra señora del Socorro y San José. Esta predilección se debió a la vinculación que había entre el obispo y la Orden Dominicana. Años más tarde, tras la aceptación del proyecto por  parte de los religiosos y de la orden de dicho convento, se da lugar a los trámites de conversión, otorgándole oficialmente la condición de Colegio al antiguo Convento en 1552 por el papa Julio III. A partir de entonces, este colegio tendría la facultad de conceder grados en Artes y Teología únicamente a los colegios de la orden domínica. Sin embargo, en 1569, un año después de la muerte del fundador, Pío V, cumpliendo con los deseos del obispo, otorgaba al centro el Privilegio Pontificio, a través del cual se le concedía al Colegio la categoría de Universidad, con todas sus facultades y la autoridad de conceder grados tanto a religiosos como a seglares. No obstante, la Universidad de Orihuela no dejaba de ser únicamente una Universidad Pontificia, porque carecía del Privilegio Real, el cual suponía un requisito imprescindible que garantizaba a los estudiantes la validez incuestionable de los grados académicos obtenidos ante el resto de universidades españolas. Dicho Privilegio no será concedido hasta 1646, es a partir de entonces cuando la Universidad de Orihuela entra completamente en la legalidad vigente del momento.

Por otra parte, a pesar de las cuantiosas donaciones que concedía Fernando de Loazes hubo importantes dificultades económicas ocasionadas, en gran medida, por los costosos proyectos de la institución. Situación que obligó al centro a posponer la creación de nuevas cátedras como Medicina y Derecho. Junto a esta decisión, se tomo la iniciativa de financiar la universidad mediante inversiones en el negocio de los censales y la compra de territorios en el Bajo Segura, los cuales fueron proporcionados por el Consell de la ciudad. Será a partir de entonces cuando los ediles de Orihuela comenzarán a interesarse por la ambiciosa empresa universitaria, que tras estas inversiones se convirtió en una de las instituciones religiosas más poderosas e influyentes de la Orihuela del siglo XVII-XVIII. Con la intervención de los ediles en el proyecto universitario se producirá un enfrentamiento entre el Consell y los domínicos. Estos últimos eran partidarios de que el centro instruyera solamente a los miembros de la orden, mientras que el Consell buscaba conseguir el Privilegio Real para que la Universidad ampliara sus facultades a todo el estudiantado seglar de las comarcas limítrofes. Al margen de los beneficios culturales que ello ocasionaría en la zona, era evidente que el interés era básicamente económico, puesto que las autoridades civiles pretendían paliar la crisis poblacional que se vivía a inicios del siglo XVII, y a su vez, esta nueva población foránea enriquecería económicamente a la ciudad foral. Sería esta última propuesta la que se llevaría finalmente a cabo, a cambio de que los domínicos impartieran la docencia, además de correr con parte de los gastos del centro. Asimismo, el gobierno de la ciudad tendría que proporcionar los estudios de Medicina y Derecho, evidentemente, con sus correspondientes gastos.

Miriam T Muñoz Rico


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