Integrantes o pobladores de Orihulela: una realidad desequilibrada y diferenciada.

Escudriñando los números que nos proporcionan las fuentes, por una parte, nada se dice de cómo se distribuyen los habitantes, y por otra parte, es cuando se advierte la desigualdad, las divergencias, las similitudes… la complejidad social, en suma. Nada de homogeneidad: diferencias de riqueza, de privilegios, de espacio. Diferencias que se palpan, obvio, en el modo de vida: desde el nacimiento al entierro se ve claro que la fortuna no toca por igual. Regla que se aplica no solo a los oriolanos, pues Orihuela se asemeja a cualquier población de características similares de los siglos XVI y XVII.

Las líneas generales no excluyen novedades, porque Orihuela es cabeza de gobernación, por lo tanto abogados y letrados, al servicio del órgano político, abundan. Y como capital de comarca, descuellan las profesiones liberales (artesanos y servicios). Es lógico, pues debe abastecer a los pueblos comarcanos. Ser capital de gobernación implica también soldados o, si acaso, gente preparada para la lucha, al igual que artesanos de armas (ballesteros, escopeteros, espaderos, puñaleros… hasta maestros de esgrima). Y como, donde hay riqueza y seguridad, es fácil establecerse, monasterios y conventos proliferan (de 5 a 11 en tan solo 50 años), incrementando el número de religiosos. No todas las poblaciones cuentan con estos elementos, no todas contarán, por lo tanto, con estos grupos sociales, pero desde luego no es Orihuela un caso exclusivo.

En resumen, ¿cómo se organiza y estructura la sociedad en la etapa de gloria foral? Dicho más llanamente: ¿qué razas, etnias, religiones, profesiones… nivel de estatus se observan? Por de pronto, todos son cristianos, pues los moriscos –entre 75 y 150, aproximadamente- son <<nous convertits –que- viuen entremesclats ab les cases dels cristians vells… y parlen en nostra llengua –y los hijos- son tots naturales de la dita ciutat>>. Así, pues, no cabe distinguir entre cristianos y no cristianos, sino entre los de vieja cepa y los recién arraigados, <<nous>>. Imposible diferenciar otras culturas o etnias, a no ser, mera anécdota, la existencia de <<bomians>> (gitanos), en situación, por otra parte, paradójica. Por un lado, se les rechaza, incluso se dicta bando de expulsción en 1605:

<<Manament: En est dia de hui en presencia del not[ar]i y testimonis dejus scrits a instancia y requesta de Fransses Ferrandes nott[ari] y sindich… e de provissio de ses mersses del jurats de la dita ciutat… fonch intimitat y notificat a lloys de Malla cap dels bomians y a Sebastián de Eredia y a Rodrigo Lobo bomians… en que tots los bomians que estan dins la pressent ciutat dins terme de tres diez boyden la p[rese]nt ciutat y son terme en pena de cent lliures… y de cent asots>>.

Por otra, se les contrata para fiestas -danzantes, sobre todo-. Mientras tanto se dedican a lo de siempre, trajineros, trapicheo… Expulsados, mas con las artimañas para seguir viviendo de donde se les expulsa; de ahí que en 1614 se contabilicen –en padrón moderno- 22 personas agrupadas en 8 familias (coeficiente habitantes-vecino: 2,7).

En cuanto a la gente de “otras razas”, aunque el término hoy nos parezca inapropiado, los esclavos berberiscos y negros, conocidos como <<bosales de Guinea>>, recorren las calles de Orihuela. Es difícil calcularlos, pero probablemente rondasen entre los 30 y 60, según años. Esta cifra es la que se propone en base al seguimiento de compra-ventas: en 1542 se vendieron en la ciudad 48 esclavos (cifra por defecto). No todos quedaron en la ciudad, pues señores y esclavistas negociaban con ellos, compraban al por mayor para venderlo luego más caros: 10 adquirió Alonso Limiñiana a 40 ducados y los vendió –no todos- a 52 y 56 ducados (margen de ganancia: de 30 al 40%). Otro ejemplo: en 1561 Francisco Sánchez <<mercader de esclavos>> vendió en la ciudad 23. Otra forma de aproximarse al número sería hacer un seguimiento de los testamentos: por ejemplo, Guillén de Rocafull dejó 7 esclavos. Dominan los negros de Guinea, los berberiscos se prefieren el rescate.

Gentes de otras naciones parecen buscar también el asentamiento en la ciudad: franceses mantienen la ocupación, mayoritariamente, de taberneros, pues de 22 tabernas 17 están regentadas por ellos; en 1643, se cuentan 38 familias. También residen genoveses, e italianos en general, los cuales fueron bien recibidos, mejor que los primeros (taberneros franceses), porque la ocupación de mercaderes, añadía categoría económico-social a la ciudad de Orihuela.

 


Posted

in

by

Comments

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *