El síndico formaba parte del Consell Secret y entre sus competencias encontramos la buena administración y conservación del patrimonio, propios y derechos de la ciudad de Valencia cobrando por dicho oficio unas 100 libras a principios del siglo XVI. En definitiva era el encargado de cuidar de los intereses de la ciudad. Se le exigía para desempeñar este cargo vitalicio el haber sido previamente jurado. El Consell General era habitualmente el que se encargaba de su nombramiento.
Como hemos dicho era un oficio vitalicio, algo que no gustaba al estamento militar ni al eclesiástico que en las Cortes de 1510 denunciaron los abusos producidos por la perpetuación del cargo y propusieron una duración trienal del mismo para el mejor funcionamiento de la administración de la ciudad. Pero hasta el reinado de Felipe III el cargo continuaría siendo vitalicio, propiciado este cambio por el intento del monarca de ejercer un mayor control en la vida política de Valencia.
Desde finales del siglo XV este cargo fue ejercido sucesivamente por miembros de la familia Dassio y, como se puede suponer, esta familia prosperó notablemente dada su vinculación con la administración municipal. El primer miembro de esta familia que encontramos en el cargo de síndico fue Tomas Dassio, quien estuvo en el cargo hasta las Germanías, y restituido en el cargo tras las mismas. Desde 1529 solicitó al rey poder desempeñar el cargo junto a su hijo, Francisco Luis Dassio, aunque no se aumentó el presupuesto para el cargo y por tanto se les siguió pagando 100 libras anuales a repartir entre padre hijo. Se estipuló además que quedaría en el cargo quien sobreviviera al otro.
Tenemos poca información, aunque tampoco se ha estudiado mucho, la labor del síndico en Valencia. Encontramos en el cargo desde 1546 a Juan Onofre Dassio, quien en 1566 sería suspendido de su cargo y detenido con la visita de inspección de Gallart y Arrufat fruto de las irregularidades cometidas en la administración de la ciudad. No obstante volvería a su cargo en 1569, habiendo cubierto su inhabilitación Bernardo Vives, dada la mediación de los magistrados de la ciudad quienes trataron de deshacer todas las medidas adoptadas durante la visita de Gallart y Arrufat. En fecha que desconocemos, a Juan Onofre Dassio le sucedió en el cargo su hijo Pedro Dassio.
Tras la muerte de Pedro Dassio la corona en 1599 aprovechó la ocasión para desdoblar el cargo de síndico en dos cargos con menos poder, siendo efectuado el nombramiento de ambos por la corona que elegiría el único cargo de la administración municipal valenciana que hasta ahora había escapado de su control. Uno de los magistrados, el renombrado como racionalato, se encargaría de todas las funciones relativas a la Cámara y la solicitud y dirección de los pleitos de la ciudad en los tribunales; y el otro asistiría a las juntas de los estamentos y a todos los negocios del racionalato. Ambos podrían asistir a las reuniones de los jurados, aunque cada uno de ellos solo tendrían voto cuando se trataran de materias de su competencia. El salario que se les asignó fue de 200 libras anuales a cada uno más otras propinas y emolumentos.
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