Las fuentes históricas de interés demográfico para la Valencia del siglo XVI son bastante inseguras e imprecisas, a pesar de que existe un gran interés en la historiografía por documentar la situación poblacional anterior a la expulsión de los moriscos del siglo XVII.
Un censo manejado por Capmany evalúa la población del Reino de Valencia en 272.775 habitantes, aplicando el coeficiente 5 al número de casas, daría un total de 54.555 casas, cantidad un poco baja si la comparamos con la población de 7.415.000 millones de habitantes en España, vendría a ser un 3,6% datos muy bajos.
Roque Chabás publicó un manuscrito de Jerónimo Muñoz de una fecha de entre 1565-72 que contiene una traza (mapa del Reino de Valencia con descripción de límites y relación de pueblos con el número de fuegos cristianos y moriscos, de realengo y de señorio), este documento sería criticado y reformulado por el excelente historiador de los moriscos, Lapeyre, fijando un total de 64.075 fuegos, de los cuales 20-30% son moriscos, lo que supondría un total poblacional de 289.000 habitantes, semejante la población del Reino a la del siglo XV.
La ciudad de Valencia tenía 11.776 fuegos, o sea entre 47.000-53.000 de población, y los arrabales junto con Ruzafa a extramuros contarían con 1.017 casas más, con un total poblacional de alrededor de 60.000 habitantes. De todas las comarcas, destaca por encima de todas las Huerta de Valencia, que entre la propia capital y los numerosos pueblos de su campo, engloban al 23,5% de la población del Reino, produciendo una densidad alta para la época, alrededor de 137 hab/km2.
El censo de 1609 de Caracena que publicó Tomás González en 1829 y que recoge el Vecindario de 1594 y que Boronat lo publicaría mejorado en 1901 así como Regla en 1953. Critica y corrige las cifras de Lapeyre, dando como resultado un total de 12.327 fuegos para Valencia y 84.404 fuegos para el resto del Reino, dando un total de 96.731 casas a comienzos del siglo XVII antes de la expulsión de los moriscos, y que viene a representar en coeficientes de 4-4,5 una población de 387.000 a 435.000 habitantes, alrededor pues de 400.000 como término medio, suponiendo un 5,9% de la población total del territorio español.
En el siglo XVI se pueden distinguir dos periodos, la mitad y la segunda mitad de siglo. En la primera se observa un estancamiento de la población, posiblemente se deba a la tónica descendente que acarreaba el final del siglo XV así como las grandes convulsiones caracterizadas por las revueltas de las Germanías en el Reino. La ciudad de Valencia que llegó a su apogeo durante el siglo XV, entra en decadencia durante el siglo XVI, de los 15.000 fuegos de 1483 pasan a 11.776 fuegos hacia 1570.
Pero en la segunda mitad de siglo el crecimiento poblacional es fuerte, en el periodo desde el 1565-72 a 1609, en esos 40 años, la población aumenta un 50%, lo que representa un crecimiento anual acumulativo del 1% como promedio. Este aumento demográfico se produce en España en general y en todo el Mediterráneo como demuestran los estudios de Braudel, donde se aprecia esa expansión económica, la ciudad de Valencia sin embargo, se mantiene estacionaria.
Lapeyre hace hincapié en el mayor desarrollo de la población morisca, debido a una mayor natalidad, consecuencia de la nupcialidad plena, en contraste con los cristianos viejos donde la proporción de eclesiásticos y religiosos de ambos sexos es elevada.
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