La Ola (II)

En primer lugar, decir que la película desde el primer minuto intenta captar la atención del público adolescente. Prueba de ello es la utilización de una narración adecuada al lenguaje juvenil, música rockera, totalmente estridente para una persona mayor (salvo muy gratas excepciones), además de que salen tribus urbanas, grafitis,  el uso de internet…

Otro aspecto a destacar es que intenta transmitir la facilidad con la que podría germinar el totalitarismo en una sociedad en la que por una serie de factores es posible que resurgiera dicho fenómeno. Quizás es inverosímil el cambio tan radical, en una sola semana, de una forma de actuar a otra de estos alumnos, es por ello que cabría, quizás, hondar en los diferentes motivos que llevan a los alumnos a comportarse de tal forma, pero, a pesar de parecer descabellado sí se dio en la vida real en 1967 en un colegio de California.

A pesar de recalcar de nuevo que parece imposible que en algún país o estado se diese una vuelta al totalitarismo, no es al cien por cien inimaginable. Además del caso real de California, en la actualidad en la situación en la que se ve inmersa la gran mayoría de Europa, junto con la “gran superpotencia” (hasta hace relativamente poco tiempo) Estados Unidos, sí podría gestarse un sistema con dichos valores.  Cierto que el caldo de cultivo de la década de los 30 en adelante no es el de ahora, pero tampoco distan mucho ambas realidades. En el Tercer Reich, por ejemplo, las principales causas que desembocaron a un terrible caos, en el miedo que desencadenó o fue el aliciente necesario para la formación de los totalitarismos llevados hasta el extremo  fueron la falta de puestos de trabajo, la inflación, desocupación política, auge de los nacionalismos, etc. Hoy en día factores de gran peso serían aquellos ligados también a aspectos económicos, como políticos y otros, como por ejemplo, la falta de empleo, el aumento de la inflación, la crisis generalizada que afecta a un gran número de ámbitos de la sociedad.

En fin, no distan demasiado las situaciones, claro está que la sociedad ha avanzado lo suficiente como para no someterse de igual modo que en tiempos precedentes a una imposición de un sistema de estos caracteres. No obstante, en mi opinión, muy a pesar de estar en contra de que así suceda, sí podría darse un retorno a un movimiento totalitario, quizás no similar al nazismo, pero si que poco a poco se avance hacía una sociedad autocrática a través de recortes de una serie de derechos y libertades de forma gradual. Hemos estado presentes hace escasos días como partidos de ultraderecha se afianzan en países como Grecia. También, precisamente estamos ahora en España asistiendo a una serie de cambios (espeluznantes) que no podrían considerarse un retorno a pasos agigantados hacía una dictadura, pero quizás si a un sistema con similares características, pero con distinto nombre. Un apelativo “suave” que enmascarase la verdad de lo impuesto.

Ojalá recordase de donde leí esta frase: “En estos tiempos en los que el peligro de una sociedad que duerme en su individualidad pueda ser despertada por algunas bestias” esta película intenta plantear, sobre todo al público joven, como nada es imposible.

Para mi parecer pretende despertar al público, sobre todo adolescente, la inquietud por preguntarse sobre nuestro pasado, sobre los fascismos, sobre esa “obediencia extrema”, sobre si es posible una vuelta a totalitarismo.

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