¿Quien era sorolla como pintor?

Tomás Ferré, Tomás. Grandes Genios de la Comunitat Valenciana: Joaquín Sorolla. Aneto Publicaciones, S.L. ISBN:978-84-939408-0-5 (vol 1)

Joaquín Sorolla se consideraba a sí mismo un pintor “naturalista” –movido por las opiniones de su amigo Blasco- . Pero aparte de las representaciones de las escenas cotidianas de sus cuadros, Sorolla era un colorista. El color y la pintura eran su verdadero placer y dedicación. La prioridad de la pintura era para Sorolla absoluta; la naturaleza y las personas no eran más que un imprescindible elemento de diálogo para poder pintar.

Puede considerarse que la carrera profesional de Joaquín Sorolla empezó a los quince años cuando, tras acudir con regularidad a la escuela de artesanos, sus progresos lograron llamar la atención del director, Cayetano Capuz, quien aconsejó a sus tíos que lo matricularan en la escuela de bellas artes, donde ingresó en 1878.

Tras sus primeras obras al aire libre, Sorolla pintó tres cuadros de historia, El 2 de mayo de 1808, cuadro de efecto teatral e inspirado en los últimos días en Sagunto de Francisco Domingo.

Los tres cuadros de historia sirvieron para Sorolla para dar los primeros pasos en su reconocimiento público.

Aparte hay que considerar la influencia del movimiento modernista europeo. El camino modernista, pues, fue recorrido con acierto por Sorolla durante los últimos quince años del siglo diecinueve; a pesar de que los cuadros “de tema social” fueron un auténtico hito en su trabajo de los años previos a 1900. Junto a ellos, desde el principio de su producción, Sorolla pintó lienzos que podrían considerarse “costumbrista”, y pronto fue pasando del costumbrismo al tratamiento de la vida cotidiana de los distintos sectores del pueblo. También abordó, permanentemente, paisajes y obtuvo lo principal de su fama en las figuras insertas en esos paisajes, especialmente en la playa. Cultivó los tipos y los jardines y se consagró como uno de los mejores retratistas de su época.