Las vías de la violencia y las desigualdades sociales en la Historia.

 

La violencia en la Edad Media fue una actividad sistémica y habitual, pero no constante ni masiva. Aunque en la actualidad se recurre a hablar de la violencia medieval, en referencia a actuaciones que hoy provocan terror y espanto, debemos recordar los horrores de la Primera y Segunda Guerra Mundial y de la Shoah (el Holocausto), para concluir que resulta inferior lo sucedido en la Edad Media en comparación con los horrores del siglo XX.

A pesar de ello, consideramos imprescindible estudiar los parámetros de la violencia en la Europa Medieval, que sienta las bases de fenómenos violentos que han sustentado sistemas ideológicos, institucionales, sociales y políticos que han permitido a los poderosos sojuzgar, dominar y atemorizar a los colectivos sociales más desfavorecidos desde los siglos medievales hasta la actualidad.

Una primera conclusión sobre la violencia y sus usos en la Historia Medieval Europea, es que fue un pretexto y vía de dominio y sometimiento de los colectivos más poderosos sobre los que se encontraban en una posición inferior, política, económica, social y religiosa. Planteamiento que no dudamos en extrapolar a los siglos posteriores a los medievales.

Estos colectivos sociales sometidos y que sufrieron con mayor impacto la violencia en la Edad Media, han permanecido silenciados en los manuales de Historia y apenas los vemos representados en la mayor parte de los museos europeos, con pequeñas excepciones (en España no hay museos dedicados a la historia de la piratería y los cautivos, la historia de los esclavos, la de las mujeres o la de los homosexuales). Nuestra memoria histórica deja mucho que desear.

El curso que la Universidad de Alicante ofrece con el título “Torturar, maltratar, esclavizar… Formas de violencia en el Mediterráneo durante la Edad Media”, pretende cubrir esta importante laguna y estos llamativos “silencios”.

La violencia se origina y desarrolla desde un sustrato ideológico que la justifica y ampara y a partir de unos mecanismos de dominio que permiten el ejercicio de vías de coerción de unos individuos – los poderosos – sobre otros – los dominados -.

En el Mediterráneo occidental, las vías más habituales de violencia fueron la piratería y el corso, practicados de forma frecuente por los hombres de mar, como una forma complementaria de generar beneficios económicos en la explotación de sus naves. La costa alicantina y su huerta están jalonadas de torres defensivas, que fueron el soporte elemental de defensa contra estos ataques inesperados, sorpresivos y rápidos y que causaban estragos entre las poblaciones costeras afectadas.  Nuestras costas vivieron el corso y la piratería en una doble dirección, atacando las costas rivales y capturando cautivos y sufriendo el ataque de los corsarios y piratas musulmanes de forma habitual y de forma ocasional, recibiendo ataques incluso de correligionarios cristianos – genoveses y mallorquines, entre otros -.

La esclavitud fue otro de los negocios más importantes que involucraba a ambos lados del Mediterráneo a cristianos y musulmanes. El estudio, conocimiento y difusión de la esclavitud es una de las asignaturas pendientes de la sociedad española y uno de los referentes de nuestra memoria histórica más ignorado. En España desde la Antigüedad y hasta finales del siglo XIX (en las colonias) la captura, venta y compra de esclavos fue legal. En las ciudades medievales del siglo XV, en la época del Renacimiento tan admirado, en ciudades como Valencia o Florencia los más poderosos poseían varios esclavos en sus casas, como forma de prestigio suntuario.

La violencia de género fue habitual en la Edad Media, siendo las mujeres un colectivo  sojuzgado por la sociedad patriarcal imperante. Existía la violencia legal, la que padres, hermanos y maridos ejercían maltratando a las mujeres de su familia y la ilegal, que podía ser perseguida por las autoridades competentes, violaciones, secuestros y raptos de mujeres. Pero a pesar del amparo que ofrecían los ordenamientos legales vigentes, la situación de la mujer fue de un profundo silencio sobre su vida íntima y  la omisión de la historiografía, que hasta finales del siglo XX no se había ocupado de hacer visible la Historia de las mujeres. Una parte importante de la Historia de Género se visualiza en la violencia y persecuciones que sufrieron las mujeres.

En el mismo sentido y con mayor dureza, fue la persecución y ensañamiento que sufrieron los homosexuales, al considerarse las relaciones sexuales entre dos hombres, delito nefando, perseguido con la mayor dureza y brutalidad.

En definitiva asistimos desde el siglo XI en Europa a una sociedad cada vez más desarrollada y avanzada, con importantes y profundos avances tecnológicos, culturales, sociales, políticos y jurídicos, entre los que destacaríamos, la creación de los municipios medievales, precedentes de los actuales ayuntamientos. De la necesidad de gobernar con el consenso de las ciudades, surgen los parlamentos o cortes medievales, origen de los actuales parlamentos europeos. En las ciudades también se crean las primeras universidades, siendo la de Salamanca una de las primeras fundadas en Europa, y en el siglo XV se inventa la imprenta en Europa.

De forma similar a lo que sucede en la actualidad, el florecimiento económico de Europa, propicia las profundas desigualdades sociales y económicas, de los más poderosos – reyes, nobles, hombres de negocios – que ejercieron al amparo de su poder, vías de violencia, sobre los colectivos sociales desprotegidos y desamparados, cautivos, esclavos, mujeres, homosexuales, entre otros.

El curso que ofrece la Universidad de Alicante pretende dar voz a estos colectivos silenciados por la Historia y recuperar la memoria histórica de su sufrimiento, para plantear una reflexión abierta a la sociedad alicantina, que nos puede permitir establecer paralelismos entre las “violencias” y las “injusticias sociales” de la Edad Media, con el corolario de injusticias, abismos sociales y desigualdades profundas que nos ha arrojado con crudeza el inicio del siglo XXI. El curso aborda también la problemática de la “violencia y los videojuegos ambientados en la Edad Media”.

Trazamos de esta forma un puente de conocimiento entre el siglo XI y el siglo XXI y un cauce de reflexión para todos los alicantinos y alicantinas que se quieran matricular en el curso impartido en la sede la Universidad en la calle San Fernando de Alicante.

 

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juanbarrio

Catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Alicante

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