Los mayas no eran aislacionistas: desde el comienzo de los asentamientos en el Primer período Preclásico, ya se comunicaban sus comunidades, incluso a distancias respetables con vistas a obtener la materia prima deseada o los productos ya terminados. Cuando en el siglo XVI iniciaron su contacto con los españoles participaban ya en una amplia red tráfico y comercio que por el Sur llegaba a puntos tan alejados como Panamá y por el Norte al centro de México.
Durante su cuarto viaje, en 1502, Cristóbal Colón navegó a lo largo de la costa caribeña de América Central y no lejos de la Bahía de las Islas, a la altura de Honduras, encontrándose, según algún escrito que ha llegado a nosotros, con 《 una canoa indígena tan larga como una ballenera de ocho pies de eslora y cargada con diversos productos occidentales, lo que le hizo pensar que quizá perteneciera a la provincia del Yucatán》. La canoa transportaba 25 personas a bordo,
《 tímidas y pulcras, puesto que cuando ternían que despojarse de la ropa chualquiera de ellos, se cubrían inmediatamente, hecho que produjo una gran satisfacción al Almirante y a sus acompañantes, les trató con gran deferencia e incluso les regaló algunos objetos procedentes de Castilla a cambio de alguna de sus cosas de factura exótica con objeto de portarlas consigo y comentar sobre el tipo de gentes con que habñia topado》.
Los 《productos occidentales》incluían 《bastantes tejidos del tiepo que se confecciona con algodón en la zona… con numerosos diseños y colores, faldellines que utilizaban para cubrirse, cuchillos de pierda, espátulas y espadas de palo de hierro, y diversos productos alimenticios locales》. También hachas y sonajas de cobre, a la vea que granos de cacao, que constituían, por entonces, la unidad de cambio monetario en toda Mesoamérica.