LA PINTURA MURAL MAYA (II)

La pintura mural, debido a la gran cantidad de restos encontrados en la arquitectura de todo ese territorio, podría también añadirse a los ya enunciados, como uno de los rasgos distintivos de la cultura maya. Existió como elemento decorativo en casi todos los tipos de edificios: templos, basamentos, habitaciones, arcos, tumbas, juego de pelota, etcétera. Se colocó en paredes y techos exteriores e interiores; en zócalos, cornisas, cresterías y otros elementos decorativos, o en torno a las puertas y a las ventanas. Tambíen se aplicó en formas muy variadas, tales como superficies homogéneas, en franjas horizontales o verticales;diseños geométricos, fitomorfos, jeroglíficos y también antropomorfos, siendo la característica de estos últimos el estar agrupados conformando escenas. En todos los casos la pintura tenía un valor simbólico, casi siempre de carácter mágico-religioso, propiciatorio o conmemorativo.

No obstante la abundacia de testimonios, la vulnerabilidad que presenta la técnica pictórica al intemperismo hace que éstos sean, salvo excepción, fragmentos muy pequeños y discontinuos. También se da el caso de pinturas que fuera vistas y copiadas en otros tiempos por algunos viajeros o investigadores y que shora ya no se conservan. Entonces, la reconstrucción del desarrollo pictórico en la cultura maya es muy limitada, se tiene que ir infiriendo a partir de elementos fragmentarios y plantea problemas muy serios para la interpretación iconográfica. A pesar de ello su estudio resulta apasionante.

Aquí, sólo se hará referencia a la pintura mural con representación de esenas, que tiene como principal elemento iconográfico a la figura humana. Se presentará de manera cronológica tratando de explicarla dentro del contexto de cada uno de los período históricos a los que pertenece.


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