Erasmo de Rotterdam

Nace en Rotterdam el 28 de octubre de 1466 y fallece en Basilea el 12 de julio de 1536. El llamado “Príncipe de los humanistas” fue el intelectual más afamado en la Europa de su tiempo, destacando como filólogo, filósofo y teólogo. Hijo bastardo de un clérigo de Gouda, se ordenó como sacerdote en 1490 tras haber ingresado en la Orden de los Agustinos. Tras estudiar en la universidad de París, viajó a Londres entre 1499 y 1500, donde hizo amistad con John Colet y Thomas Moro. Su estudio de los textos clásicos le llevaría a publicar ese mismo año los famosos Adagios, que iría completando a lo largo de su vida. Entre 1506 y 1509 viajó a Italia para, más tarde, trasladarse a Basilea. Erasmo, adalid del libre pensamiento, fue de los pocos intelectuales que pudo vivir de sus obras, ampliamente difundidas por toda Europa. Su obra más importante fue El elogio de la locura (1511), un breve texto dedicado a Moro donde critica la sociedad, la religión y la cultura de su tiempo y condena la “estulticia” de los sabios, los reyes, los papas o los obispos. En 1513 publicó el Enchiridion militis christiani, su manual para el caballero cristiano. Ardiente defensor de la paz, consideraba la guerra como “antievangélica” y exponía sus tesis en su ensayo Querella pacis (1516). También escribió sobre política, destacando el libro Institutio principis cristianis (1516), dedicado a Carlos V y centrado en la adecuada educación del príncipe cristiano.

En 1516 sale a la luz su traducción latina del Nuevo Testamento en Basilea en base a los textos clásicos, que influiría poderosamente en Lutero. Cuando se produce la división religiosa y política en Europa en dos bandos: católicos y protestantes, ambos grupos pedirían a Erasmo que tomase partido pero el talante libre, tolerante e individualista del humanista se lo impedía. Erasmo había criticado tanto la escolástica medieval como algunos vicios de la Iglesia, si bien nunca había renegado de la doctrina romana y siempre había defendido la unidad cristiana. En principio, apoyaría una postura moderada respecto a Lutero, con el que construiría una respetuosa amistad. No obstante y pese a que Erasmo nunca aceptó militar entre los reformistas, la Iglesia lo acusaría de “poner el huevo” que Lutero acabaría “empollando”. Por ello, el humanista acabaría atacando a la Reforma con la publicación de De libero arbitrio (1524), una defensa de la libertad y de las buenas obras humanas opuesta a la predestinación y a la servidumbre perpetua del hombre respecto a Dios propugnada por Lutero. Al final de su vida, Erasmo cayó en desgracia al ser atacado tanto por católicos como por protestantes. Tras una breve estancia en Friburgo, Erasmo se instaló definitivamente en Basilea para morir en 1536. Tras el Concilio de Trento, toda su obra acabó incluida en el índice de libros prohibidos de la Iglesia.

Fotografía: Blog Elogio de la locura: https://blogs.ua.es/erasmoderotterdam/bibliografia/

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