Las consecuencias de la segunda bula papal “Decet Romanum Pontificem” fueron mucho más graves que las de la primera. Esta bula declaraba a Lutero hereje contumaz y lo excomulgaba, pero también tenía otras connotaciones puesto que si las autoridades civiles respaldaban la decisión del Papa el Reformador podría ser condenado a muerte. Pero Lutero contaba con el apoyo de la mayoría de la nobleza alemana, entre ellos el duque de Sajonia, Federico el Sabio, quien abogó en favor de Lutero pidiendo que fuera escuchado por una comisión de teólogos imparciales antes de proceder a su condena. Esta propuesta fue comunicada al Emperador que tenía previsto realizar una Dieta (Reichstag) en Worms y decidió que Lutero fuera escuchado en ella.
Esta oportunidad contó con algunos opositores, entre ellos Jerónimo de Aleandro, enviado por el Papa para solucionar el problema luterano, ya que en su opinión las autoridades civiles no deberían intervenir en asuntos religiosos. Pero el problema luterano tenía implicaciones económicas y políticas que afectaban a Carlos V por lo que le envión un salvoconducto y el 16 de abril de 1521 Lutero llegó a Worms.
Al día siguiente comenzaron las reuniones de la Dieta y tras la ceremonia de apertura se le realizaron a Lutero dos preguntas: si las obras las había escrito él y en caso de ser así, si pensaba retractarse. Lutero contestó que él era el autor de las obras y pidió una prórroga para contestar a la segunda cuestión. Se le concedió un día y tras una profunda disertación contestó con un rotundo no, ni quería ni podía hacerlo.
La respuesta de Lutero enfureció al Emperador que al día siguiente redactó un documento llamado : “La Confesión de Carlos V” donde se declaraba poseedor de una fe inquebrantable y defensor de la Iglesia Católica.
Se celebraron más reuniones con el Reformador, pero no sirvieron de mucho. Este acabo huyendo de Worms temeroso de las posibles consecuencias de sus palabras. La Dieta fue clausurada el 25 de mayo de ese mismo año y al día siguiente Carlos V firmó el Edicto de Worms, redactado por Jerónimo de Aleandro, en el que se condenaba a Lutero, a sus doctrinas y a sus partidarios.
La actuación del Emperador con este edicto socava la autoridad del Papa, que ya había condenado a Lutero y la sitúa por debajo de la autoridad de Carlos V.