HERNÁNDEZ, Miguel. Cancionero y romancero de ausencias. (Prólogo de Alfonso BERROCAL).1ª Edición. Madrid: Ediciones Vitruvio, 2009. 171p.
(Colección Baños del Carmen; nº200). ISBN: 978-84-92770-16-8.
Éste es el último de los poemarios de Hernández, escrito entre 1938 y 1941. Pertenece por tanto a la última de sus etapas, la referida a su exploración interior, que corresponde además con el periodo en que estuvo preso. En él, el sentimiento de ausencia por la muerte de su primer hijo y por la distancia que lo separa de su segundo hijo y de su mujer Josefina quedan muy patentes. Se trata de un conjunto de reflexiones sobre la brevedad de la vida, con el trasfondo de un mundo desilusionado y amargo. El dolor por el recuerdo de la guerra aparece entremezclado con la esperanza por el amor a su hijo, símbolo de futuro. Es el aspecto formal, hablamos de un poemario de gran sencillez, formado por estrofas breves
Esta obra resulta especialmente emotiva porque fue escrita estando él entre rejas, las mismas rejas que lo vieron morir con 31 años de tuberculosis, en la madrugada del 28 de marzo de 1942. En las paredes de la prisión, dejó gravados los versos:
“Adiós, hermanos, camaradas y amigos.
Despedidme del sol y de los trigos.”
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