El día 15 fuimos a ver Wai-o-Tapu. En este sitio se pueden ver de cerca la actividad geotérmica que predomina por esta zona. Hay que ir temprano: a las 10:15 erupciona el geiser Lady Knox y sólo a esa hora. El resto del parque lo puedes ver en una hora y media o así. Tienes marcado un recorrido y te van detallando los sitios. La mayoría son cráteres que se han ido formando por la erosión que se produce en el subsuelo, debido a los gases y los elementos químicos que lleva el agua. De repente estás viendo un pequeño lago verde como que ves uno amarillo, con tintes naranjas en los bordes y echando humo. El único problema es el olor: hay mucho azufre y el olor a huevos podridos es insoportable en algunos momentos (verdad, Patri?).
El geiser Lady Knox está un poco más separado del resto, hay que coger el coche para llegar hasta allí. Lo tienen todo preparado para la erupción (sale una persona a contarte la historia) y lo que hacen es que echan una especie de jabón y al cabo de unos momentos erupciona. Echa un chorro de varios metros de alto y bueno, no es gran cosa, pero la historia que te cuentan es divertida. Lo descubrieron unos británicos que iban a lavar la ropa a esa zona, y al usar jabón, su ropa se desperdigó y no la encontraron :-). También nos enteramos que un geiser no es un señor gay en inglés :-). De allí continuamos viendo el resto del parque. Destaca la piscina de champán, continuamente echando humo, amarilla y con los bordes anaranjados (Jordi me ha comentado que ese color es debido a una bacteria que se alimenta del azufre). También hay una planicie que ha sido formada por el silice que se ha ido acumulando durante años. En los cráteres es curioso ver cómo las aves depositan sus huevos entre las rocas, para que el calor empolle a sus huevos, vagas que son!.
De aquí fuimos hacia Rotoura, aunque no hicimos gran cosa. Nos acercamos a la oficina de información y reservamos los tickets para ver Hobbiton y el camping para esa noche, en Matamata. El camping no era gran cosa, pero tenía una piscina de agua termal y nos dimos un bañito. Tenía varias piscinas. La primera, más grande y clorada, estaba a 27 grados. Fresquita para mí :-). La siguiente estaba a 37 grados y venía directamente de un manantial (la enfriaban un poco). Para mí fue muy relajante estar ahí. Tenían otra a 39 grados donde sólo estuvimos un poco, porque la tensión nos empezaba a bajar demasiado. También disponen de spas privados con incluso más temperatura.
Wai-o-Tapu |