Quizá el propio título del post ya lo dice todo, no haría falta agregar más. Pero voy a contar las cosillas que nos van pasando.
A pesar de llevar varios años viviendo juntos y de haber hecho muchas cosas (más de las que algunas parejas harán jamás), no estábamos casados. No era una cosa que nos planteáramos desde el principio. De hecho, al comienzo de la relación hablamos de firmar los papeles en el juzgado y no hacer celebración, pero no habíamos concretado el momento. El cambio de piso y el viaje a Sydney nos hacía posponer esto. Al regreso de Sydney (allí ya habíamos empezado a planificar nuestro futuro) nos sentamos y decidimos hacerlo. Al principio sólo firmar. Pero nos apetecía celebrarlo. Pensamos en la familia más próxima, pero luego nos apetecía hacerlo con los amigos. Tener un día de celebración y pasarlo bien, que el recuerdo de ese día fuera lo mejor posible.
Realmente, para nosotros, una boda significa dos cosas: la formalización de la relación y el decirnos el uno al otro que queremos estar juntos para siempre. Y esto lo queríamos hacer delante de las personas que más nos importan. La verdad es que esto de la boda es un lío impresionante y más haciéndolo en poco más de dos meses.Pero de momento todo va bien, el lugar, el traje de la novia, etc. ya están vistos. Ahora queda continuar con la marcha y aprovechar el verano para ponernos morenitos.
Siento que Patri es la mujer de mi vida. Esto no me había pasado antes y desde el principio tenía claro que quería estar con ella. Me aporta todo, lo que siempre imaginé que tenía que ser mi pareja.
Y, ojo, que todavía no se lo he pedido formalmente. Tengo pensado el lugar y el momento, y cuando llegue espero que le guste.