Hola mamá:
Hace poco que te has ido. Tus últimos días fueron muy duros, sabiendo que te ibas, pero sin poder despedirnos. Tu último día con nosotros estabas dormida, descansando. Eso me gustó, no tuviste que sufrir. Fue mucha gente a tu entierro, pero sobre todo la familia. Eras muy querida en tu barrio y dejas un muy buen recuerdo entre la gente.
Naciste en 1930 y a los 6 años tuviste que vivir una guerra. Después de la guerra pasaste mucha hambre, como la mayor parte de España. No pudiste educarte, pero eso no impidió que adquieras un gran sentido de lo que estaba bien y lo que estaba mal. Siempre has valorado mucho la familia y te has puesto en el lado de los indefensos. Ahora que veo mucha gente que desprecia a la gente denominada de izquierdas, me reconforta recordar algunas de las cosas que me decías y enseñabas.
Tuviste cuatro hijos y los sacaste adelante. Esto es mucho para aquella época. Nunca tuviste ningún problema en trabajar hasta la extenuación. Si hacías algo, te dedicabas al 100% a realizarlo. No te hacían falta estímulos ni gratificaciones, hacías lo que considerabas que era tu obligación. Esta es una de las cosas que he aprendido de ti y que me han servido para prosperar. Recuerdo el día de la defensa de mi tesis y en la ceremonia de investidura como nuevo doctor. Estabais muy emocionados papá y tú.
Tengo muchas cosas en la cabeza y creo que esta carta podría quedar mejor, pero no me sale. En mi interior está todo.
Yo llevaba mucho tiempo esperando este momento. Aún así, no estaba preparado. He estado muy triste estos días, aunque lo voy superando poco a poco. Después de toda tu vida luchando por vivir, por fin has podido descansar. Me quedo con la sonrisa que tenías cuando veías a Biel, tu nieto. Me entristece que por unos días no hayas podido ver a Noa, tu bisnieta.
Descansa, lo necesitas. Adiós, mamá.
Seguro que tu madre ha estado muy orgullosa de tener hijos como tú. Un fortísimo abrazo amigo!
Gracias Jorge
Tu madre se alegra segurísimo de tener un hijo como tú.