Mariana de Neoburgo, que nació el 28 de Octubre de 1667, fue destinada a casarse por razones de estado con Carlos II a los pocos días de morir su esposa María Luisa, con la finalidad de que engendrara un heredero para la corona española. Tras celebrarse el matrimonio el 28 de agosto de 1689, los monarcas se reunieron personalmente un tiempo después sin producirse, al parecer, una atracción física inmediata por parte ambos; no sintiéndose Carlos II tan afortunado como con su primera mujer.
Al poco tiempo de estar casada con Carlos II, Mariana fingió un embarazo con el objetivo de doblegar a su marido ante ella. Carlos, a pesar de extrañarle la noticia, se sintió felizmente alagado y esperanzado aunque pronto decaerá tras las acusaciones de su madre de que Mariana estaba mintiendo. Finalmente, la reina llevó hábilmente su embarazo a un aborto ficticio. En este sentido continuaba Mariana apoderándose de su puesto como reina y llegó a denominarse a sí misma “el primer ministro del rey”.
Asimismo, la reina sufrió algunos achaques de salud que pueden asociarse a la amenorrea (ausencia prolongada del periodo menstrual) lo que era utilizado por ella a su antojo y causaba una desilusión continua a su marido. Doña Mariana llegó a fingir otro aborto, quitándose de esta forma las duras críticas que de la madre de Carlos y otros miembros de la corte le profesaban. Parece ser que llegó a fingir hasta 12 embarazos. Paralelamente, lo que está claro es que la vida sexual de los cónyuges no era para nada satisfactoria y seguiría la línea del primer matrimonio del monarca. Por ello doña Mariana satisfacía su fracaso matrimonial y materno con superfluos caprichos materiales.
Por su parte Carlos II, como en su primer matrimonio, creía que su desdichada suerte radicaba en sí mismo al estar bajo posesión del demonio y debido a ello, según algunas prescripciones, el soberano se apartó durante un tiempo del lecho de su esposa además de hacerse suministrar numerosos tipos de remedios. Medicamente, Carlos II padecería algún tipo de impotencia o eyaculación precoz que le imposibilitaba el poder tener descendencia por lo que tanto María Luisa de Orleans como Mariana de Neoburgo no tendrían aparentemente problemas para concebir un hijo.
Más adelante Mariana de Neoburgo contralló unas fiebres junto con su esposo el cual fallecerá en primer lugar dejando viuda a doña Mariana con treinta y tres años de edad, muriendo ya anciana en el año 1740 sin descendencia alguna.