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E1. Protobloque

E1. 5 Minute City



Como parámetro articulador del protobloque se ha elegido las circulaciones, en concreto los movimientos no motorizados. Para ello previamente se delimitaron unos agentes intervinientes en la ciudad cuya movilidad se puede considerar de reducida. A dichos agentes se le asignan unas velocidades, dependiendo de la edad y del tipo de movimiento que realizan: caminar, correr, uso de monopatín o montar en bicicleta. A partir de esas velocidades se pueden estimar unas distancias y tiempos, que para el caso se toma un valor de 5 minutos de referencia. La unidad de cinco minutos nos permite definir una serie de actividades a realizar por los agentes y los desplazamientos que deben realizar para que se pueden dar lugar las mismas.
Un estudio de la zona de actuación, en este caso el Eixample de Barcelona, nos permite detectar una serie de problemas vinculados a los parámetros anteriormente descritos. Se estiman unos radios de afección de las actividades comerciales y lúdicas de la zona, cuyo resultado es una elevada superposición de ámbitos de servicio de dichas actividades. También podemos observar como las circulaciones se producen de una manera totalmente ajena a las manzanas y de manera completamente horizontal.
Con en protobloque se pretende generan una relación de continuidad entre la manzana y la actual calle, ganando permeabilidad e incluso participando de los recorridos. Para  ello se crean una serie de actividades vinculadas a las manzana dependiendo del tipo de agente que interviene, las cuales se distribuyen a lo largo de un recorrido que involucra a la manzana. Dicha circulación surge de una traslación del recorrido horizontal habitual que se realiza en la ciudad, un movimiento que se ve aumentado por los chaflanes existentes y por las tiempos de espera para cruzar las calles. Esta circunstancia obliga a diferenciar entre la distancia y tiempo estimados a partir de la velocidad del agente, y una distancia y tiempo reales que tienen en cuenta las demoras antes descritas.
La vinculación de recorridos a la manzana implica un factor de verticalidad en los mismos, que se traducen en una minoración de las distancias y una disminución de pendiente ligada al aumento de la distancia recorrida. Este factor vertical junto con el anterior horizontal, nos genera la distribución de circulaciones y actividades en la manzana.
Por último, las configuraciones máxima, media y mínima, surgen en función de la involucración de esos recorridos en la manzana (exterior, completamente integrado, semi-integrado). Paralelamente esta situación se refleja en el grado de intervención de la manzana existente.