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E1. Protobloque

E1. Steps in the air

Ante la rectitud, dureza formal e impenetrabilidad de las fachadas de manzana de l’Eixample, se plantea como solución el proyecto de Protobloque. Después de diagnosticar los distintos tipos de manzana que hay en el sector estudiado próximo a Montjuic, aparecen dos tipos: manzana cerrada (la manzana estándar que se repite a lo largo de l’Eixample y que contiene un espacio central reutilizable) y manzana partida (propia del sector diagnosticado y con poca superficie libre en el interior). Se trabaja sobre lo existente con diversas pruebas que guiarán el parto del Protobloque primario.

Tras un rápido análisis del soleamiento de la zona, se advierte rápidamente que las zonas mejor soleadas son las zonas donde intersecan los viarios, es decir los chaflanes, por lo que se posicionan como zonas clave del proyecto. Por otra parte, se decide cuales serán los objetivos que tendrá que satisfacer el Protobloque y es unir interior y exterior, fundir espacio público y privado.

Se comienza aportando como parámetros principales de proyecto la luz y la permeabilidad, pero el Protobloque cambia y evoluciona con cada input nuevo. Se establece una clasificación de tipos de permeabilidad centrándose en las permeabilidades lumínicas, visuales y sonoras. De manera que los espacios proyectados mantengan distintos tipos de privacidad: privacidad lumínica, sonora y visual. Para ello, se utilizan como estrategias de proyecto la producción de huecos tanto para producir volumen como para eliminarlo, que tallan el Protobloque  y lo van orientando para conseguir el máximo aprovechamiento lumínico. Por otra parte, aparece el hueco negativo o balcón que aparece en las fachadas que dan a sur para aprovechar la luz al máximo. En planta baja se apuesta por el hueco, retranqueo o supresión de materia para ampliar el viario urbano y darle otra realidad diferente a la Barcelona actual. Poco a poco conforme se evoluciona en el Protobloque, se van concentrando los huecos en las zonas de chaflanes que proporcionarán zonas verdes en altura que darán servicio a los programas en dichas zonas.

Tras trabajar con un modelo paramétrico del Protobloque capaz de producir bloques a la carta en función del porcentaje de preexistencias seleccionadas, se decide elegir un criterio para decidir cual será ese porcentaje.

Para la selección de preexistencias se hace un diagnóstico de la altimetría del sector y se inicia con la redistribución de la altura con la orientación óptima. Se seleccionan los bloques existentes capaces de absorber ese filtro y se propone un volumen final basado en la convivencia con lo existente, el aterrazamiento de las cubiertas, la producción de huecos monumentales en las zonas de chaflán, la perforación sur de la manzana y la aparición de balcones de gran escala en el sur de la manzana.

Dicho Protobloque también muestra 3 grados de aterrazamiento (mínimo, medio y máximo) de los cuales nos interesará el máximo pues es el que mantiene más de la esencia inicial del proyecto.