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E1. Protobloque

E1. Living public space

El proyecto se realiza en el barrio Sants-Montjuïc de Barcelona. Se estudiará y trabajará sobre un parámetro concreto que, no obstante, se ramificará en otras vertientes paramétricas que también son relevantes a medida que se avance en su estudio, como el ruido ambiental, la densidad de verde o el asoleo. El parámetro inicial es el flujo peatonal, afectado por las referencias visuales a una escala mayor, como Montjuïc, la Plaça d’Espanya o el Mercat de Sant Antoni.
Primero se analiza el entorno más próximo y su relación con el ámbito con el que se está trabajando. De esta manera, se seleccionan los focos de la ciudad que se consideran más importantes y que repercutirán en el valor del parámetro,  que son los anteriormente señalados. En esta jerarquía tenemos referencias a escala menor como las paradas de metro que afectan al sector (generadoras de flujo importante y constante), equipamientos públicos, comercios y zonas verdes.
A partir de esta base, se realizarán intervenciones puntuales en los bloques según el valor de los parámetros, conformando el protobloque  que en un futuro se acabaría abriendo a la ciudad y serviría como semilla de crecimiento de ésta. El protobloque variará volumétricamente según los valores paramétricos, extendiendo la estrategia de intervención a cada caso concreto.
Las esquinas toman un papel relevante en el proyecto debido a que es donde ocurren los conflictos de mayor interés: flujos cruzados, mayor grado visual y acceso a cuatro manzanas en la mayoría de los casos. Según la densidad de flujo peatonal y la posibilidad visual hacia los focos señalados, la esquina toma un factor de relevancia concreto; éste será el que modifique la volumetría de los edificios, a partir de las esquinas: cuanto más importante es la esquina, mayor grado de intervención en el sentido de crear nuevos espacios públicos y nuevas conectividades entre bloque y espacio público actual. De esta manera se está generando una nueva estructura programática, una nueva malla que transforma la antigua malla o se añade a ella, generando nuevas jerarquías y de espacio público y nuevas conectividades peatonales.
Esta nueva malla tendrá dos escalas: una perteneciente a cada bloque, ya sea en las cubiertas de los edificios o mediante una nueva estructura que conecta el espacio público preexistente con el nuevo generado en el bloque; y otra será una estructura de mayor intervención que se acopla a los bloques y los une unos con otros, teniendo sus nodos en las esquinas. No obstante, de momento sólo se representa el nuevo programa público que generan las mallas pertenecientes a cada bloque.
En definitiva, la idea consiste en crear un protobloque que responda a las necesidades sociales, basándonos para ello en dos intereses principales: la lógica peatonal y las visuales que afectan al entorno. Entonces se realiza la intervención centrándonos en los chaflanes de los bloques, ya que son los puntos de mayor relevancia en este caso, como se ha indicado anteriormente. Esta intervención consiste en modificar la esquina de manera que conecte el espacio público preexistente con el nuevo generado a partir de la modificación del bloque: rehabilitación de patios de manzana, cubiertas como nuevo espacio público, malla como nueva estructura pública, etc. Para no perder densidad edificatoria, los volúmenes sustraídos se acoplarán a otros bloques que no precisen de gran intervención o servirán para crear dotaciones públicas generadoras de nuevas lógicas peatonales en los patios de manzana.