Mi compañero y yo nos infiltraremos en los más recónditos lugares del maravilloso pueblo de Onil y tras un exhaustivo trabajo de reconocimiento os mostraremos todas y cada una de las escrituras expuestas que más nos han gustado y/o llamado la atención.
Por supuesto esperamos que os lo paséis tan bien como lo hemos pasado nosotros realizando las fotos, pues para mi compañero Álvaro recorrer su localidad no ha sido ninguna novedad pero para mi ha sido una experiencia nueva ya que nunca había estado allí.
Cabe recordar que nos podemos jugar el tipo realizando este trabajo… ¡si! ¡si! como estáis leyendo, porque no es tan fácil recorrerse todo un pueblo en busca de buenas fotos sin toparse con algún dependiente malhumorado (que te prohíbe hacer fotos a su establecimiento), un abuelo cotilla (que te hace mil preguntas de ¿por qué estás haciendo fotos?), un comerciante tímido (que te deja hacer la foto pero solo si él no sale) o un grafitero con pocas ganas de hablar. Y es que en ocasiones hasta los trabajos más complicados con voluntad se sacan adelante y esta es la prueba.
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