“El viaje de Fanny” es una película ambientada en la Segunda Guerra Mundial. Trata sobre un grupo de niños y niñas que han estado viviendo en casas de acogida, lejos de sus familias, para protegerse de los invasores alemanes. En un momento dado, con la guerra ya muy avanzada, Fanny y sus hermanas junto con otros niños y niñas deben huir de la última casa de acogida. El grupo emprende un largo viaje desde la Francia ocupada hasta la frontera con Suiza, país neutral, para poder ponerse al fin a salvo de la guerra.
En la escena que se muestra, después de haber encontrado una choza abandonada dónde poder resguardarse, el grupo de amigos inicia un juego de roles. Con el propósito de enseñarle a uno de los chicos mayores cómo estaban organizando la estancia, inocentemente este empieza a desempeñar el papel de hombre mayor que tiene la intención de comprar la casa. Acto seguido invita, sin abandonar su papel, a una de las chicas a representar el papel de su esposa. Y el resto de infantes se incorporan al juego automáticamente, unos como hijos de la pareja y otro como vendedor de la casa.
Como se observa, al principio la chica que hace de mujer casada no termina de acomodarse a su papel. Sin embargo, pasados unos segundos, empieza a interpretarlo cuidadosamente. Por otra parte, los niños y niñas más pequeños, aunque se integran en el juego sin dudarlo, no se limitan a interpretar un papel riguroso y veraz. Al final de la secuencia, después de que uno de los amigos proponga adoptar a un perro como mascota, los pequeños se ponen a nombrar posibles animales ocurrentes que rara vez se ven como mascotas.
Lo que nos muestra esta escena son ejemplos de la segunda y tercera etapas de la socialización. Los infantes más pequeños se encuentran en la segunda etapa de su socialización, la del juego, en la que ya empiezan a interpretar papeles, pero sin ceñirse del todo a la realidad. El chico y la chica más mayores están en la tercera etapa, la de la partida, ya que no se salen de su papel en ningún momento.