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La guerra de los 80 años

La guerra de los 80 años, la forma de la guerra

La estabilización de la frontera cambió la forma de hacer la guerra practicada en Flandes. De una continua e intensiva serie de escaramuzas, golpes de mano, asaltos, tomas de pueblos y ciudades, salpicados con alguna batalla a lo largo de una frontera irregular, se pasó a un pulso anual de resistencia en que cada ejército sitiaba una o varias ciudades enemigas, que usualmente contaban con modernas fortificaciones, durante largos asedios en los que era necesario emplear a todo un ejército para finalmente rendir por hambre a la ciudad. El intento de la parte contraria por levantar el sitio de una ciudad asediada enviando a un ejército en su ayuda, llevó a un aumento de las batallas en campo abierto.

A partir de la década de los noventa y hasta el final de la guerra, la mayor parte de los enfrentamientos entre españoles y holandeses se dieron por el control de las ciudades ribereñas de los ríos Ijssel, Mosa y Waal, donde muchas de las ciudades cambiaron de mano más de una vez.

Para evitar los intentos del ejército de Flandes de invadir el territorio y tomar las ciudades rebeldes, los holandeses construyeron un muro defensivo a lo largo de la orilla de los ríos Ijssel y Mosa que enlazaba con las fortificaciones de las ciudades y que consiguió evitar el intento de invasión realizado por los españoles en 1606.

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