Por Claudio Navarro Paredes.
Enrique IV y el superintendente Sully se encontraban dispuestos a principios del siglo XVII a realizar el primer plan urbanístico de la Europa del momento. La Place Dauphine y la Place Royale entran dentro de este plan de urbanización. Para la primera se expropian las antiguas casas humildes de la zona a construir, y adquiere una forma triangular, rodeada por casas de dos pisos cuyas plantas bajas estarían dedicadas al comercio. En cuanto a la segunda, se trata de una gran plaza cuadrada con grandes edificios residenciales, caracterizada por la posibilidad de entrada de carrozas por dos lados abiertos, uno enfrente del otro, y que será modelo a seguir, debido a su éxito, por el resto de places royales francesas.
Además, se realizan las obras públicas de saneamiento de la Île de France y en las residencias reales. La construcción del Pont-Neuf, que unió la Île de la Cité con los suburbios de Saint Germain y de Saint Honoré, permitió dar mayor vida a esta zona de la ciudad, en especial a la nueva Place Dauphine. Su cercanía al Louvre, el cual también fue reestructurado, le permitió convertirse en una plaza de cambio y de bolsa, que atraía a orfebres, ópticos y grabadores, además de ser utilizada como escenario tradicional de fiestas.
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